domingo, 17 de octubre de 2010
¡ Al tranvía !
(Escrito el 12 septiembre 2010)
No quiero que nadie piense
que le tengo yo manía,
pues cuando era ya joven
en ciudad de Zaragoza
muchos tranvías había.
Estaban por todas partes
yo diría que un montón,
a las Delicias, al Parque,
Casablanca, el Portazgo,
a Torrero, la Academia,
y hasta el del Bajo Aragón.
Nadie pensó en reformarlos,
se optó por Trolebús,
como éste era un incordio
tan sólo quedó un medio,
que sería el Autobús.
Los Autobuses antiguos
muy pronto los remozaron,
y ahora podemos decir
que la flota de Autobuses,
con uno o con dos cuerpos
muy modernos se quedaron.
Pero mira tú por dónde,
cuando todo el transporte
es rápido cual una bala,
el Cabildo se plantea
que los pobres autobuses
tienen que ir ¡a cascarla!
¡Fuera ruidos, fuera gases!
esta consigna daría,
para llevar a la gente
no hay medio mas eficaz
que lo de antes: ¡el tranvía!
Hay diversas opiniones,
cada cual a una se apunta,
mas el Cabildo insiste:
construiré una línea
que vaya ¡de punta a punta!
Nos mearemos de gusto,
no es un tranvía cualquiera
pues será como una joya,
“arranque en Valdespartera”
y el final : “Parque de Goya”.
Así empiezan las obras
sin treguas, ni más avisos,
dejando para cruzar
sólo el espacio preciso.
El comercio está que trina,
se va formando un gran cisco,
los árboles desaparecen
como claro ha sido el caso
de Plaza de San Francisco.
Se cierra gasolinera,
y hay que hacer malabares,
si piensas cruzar la calle,
o si quieres tú entrar
en casas, comercios o bares.
Lo que cuesta, ¡qué más da!
es un gasto del momento,
al igual que otras obras,
pasará a engrosar la deuda
que tiene el Ayuntamiento.
Nadie podrá protestar,
te dirán: ¡ya se sabía!
ya veremos lo que pasa
en gran parte La Gran Vía,
al coincidir las mudanzas,
los Bomberos, Autobús,
Ambulancia y el tranvía.
Pero a lo mejor con esto
se tiene otra visión:
no se cortará el Paseo
por cosas sin importancia
pues no es esa su función.
No habrá conciertos en fiestas,
tampoco concentración,
ni carreras, ni patines,
ni aquello que pueda oler
a sana manifestación.
Todas las cosas que surjan
el Cabildo estudiará,
pero creo que al de “a pie”
la obrita del tranvía
aunque quede muy bonita,
seguro, le joderá,
aunque si anda mucho más,
quizá le digan que así
su salud mejorará.
Próximo tema: “El coto escolar”
domingo, 10 de octubre de 2010
Por si acaso.... ¡ no se caiga !
(Escrito en enero de 2010)
En el pueblo de Celedonio, en los años 40, los jueves por la tarde no se iba a la Escuela. Con el maestro, se “iba de paseo”.
Un día, fueron todos hasta un barranco dónde había un gran pozo a cuyo costado hay una inmensa mole de piedra. En verano, los que se querían bañar se iban a aquella poza y resbalando por la piedra caían al agua. Sería el principio del trampolín. En el pueblo de Celedonio “Peña esturruzadera”.
El maestro seguro que les explicaría dónde nacen los barrancos, que es el caudal, el riesgo de bañarse en esos pozos, etc. Los chicos de vez en cuando seguro que tirarían alguna piedra al agua. Cuando ya había terminado la clase didáctica, y todos ellos estaban en silencio, el maestro preguntó: si me cayese yo al pozo, ¿os arrojaríais para sacarme? Uno de los chicos, posiblemente al que más castigaría el maestro por ser el mas trasto o travieso, todo sereno le contestó: ¡ por si acaso no se caiga !
Supongo que el maestro analizaría la respuesta y pensaría que aunque fuese el maestro, alguno no le tenía demasiada simpatía. Eso no quiere decir que si se hubiese caído, todos los que sabían nadar le hubiesen ayudado.
Actualmente, nuestros políticos y dirigentes se creen estar en posesión de la verdad y sus opiniones y actos consideran que son aprobados por los que les votaron o los que creen ser sus seguidores o simpatizantes.
El Gobierno piensa que todo lo hace bien, por lo que no admite ninguna sugerencia. Como con los resultados de las últimas elecciones pudo llegar a mandar, la gente le seguirá votando. Siempre cree estar en posesión de la verdad.
La Oposición, cree que con sólo criticar y decir que el Gobierno lo está haciendo mal, ya tiene el triunfo asegurado en la próxima contienda electoral. No se da cuenta que no aporta soluciones concretas a cada uno de los problemas. Tendrá que pensar que si le quiere dar la vuelta a la tortilla tiene que enseñar el fondo de la sartén.
Los Grupos minoritarios están tranquilos, pues saben que hagan lo que hagan, seguramente el que saque más votos les llamará para ayudarle a formar una mayoría estable. Su actuación diaria depende de dónde sopla el aire por lo que mucha veces igual les da “arre” que “so”.
Mientras tanto, el ciudadano de a pie, tiene que aguantar cada día el espectáculo que dan todos nuestros representantes. Su forma de actuar se parece a la clásica contestación de los críos cuando uno te insultaba: “ y tú mas”.
Piensan que el ciudadano tiene una capacidad de aguante infinita y por ello ni intentan buscar la solución a los problemas, ni aclarar las situaciones que se presentan y que a todos nos da vergüenza verlas y/o escucharlas.
Aunque sean contestaciones de los años 40, no estaría por demás recordar lo que aquella tarde de jueves, un alumno le decía a su maestro. Ahora te pueden responder otra, que podría ser: “por si acaso no te fíes” y también “ eso que dices, no te lo crees ni tú”.
Un día, fueron todos hasta un barranco dónde había un gran pozo a cuyo costado hay una inmensa mole de piedra. En verano, los que se querían bañar se iban a aquella poza y resbalando por la piedra caían al agua. Sería el principio del trampolín. En el pueblo de Celedonio “Peña esturruzadera”.
El maestro seguro que les explicaría dónde nacen los barrancos, que es el caudal, el riesgo de bañarse en esos pozos, etc. Los chicos de vez en cuando seguro que tirarían alguna piedra al agua. Cuando ya había terminado la clase didáctica, y todos ellos estaban en silencio, el maestro preguntó: si me cayese yo al pozo, ¿os arrojaríais para sacarme? Uno de los chicos, posiblemente al que más castigaría el maestro por ser el mas trasto o travieso, todo sereno le contestó: ¡ por si acaso no se caiga !
Supongo que el maestro analizaría la respuesta y pensaría que aunque fuese el maestro, alguno no le tenía demasiada simpatía. Eso no quiere decir que si se hubiese caído, todos los que sabían nadar le hubiesen ayudado.
Actualmente, nuestros políticos y dirigentes se creen estar en posesión de la verdad y sus opiniones y actos consideran que son aprobados por los que les votaron o los que creen ser sus seguidores o simpatizantes.
El Gobierno piensa que todo lo hace bien, por lo que no admite ninguna sugerencia. Como con los resultados de las últimas elecciones pudo llegar a mandar, la gente le seguirá votando. Siempre cree estar en posesión de la verdad.
La Oposición, cree que con sólo criticar y decir que el Gobierno lo está haciendo mal, ya tiene el triunfo asegurado en la próxima contienda electoral. No se da cuenta que no aporta soluciones concretas a cada uno de los problemas. Tendrá que pensar que si le quiere dar la vuelta a la tortilla tiene que enseñar el fondo de la sartén.
Los Grupos minoritarios están tranquilos, pues saben que hagan lo que hagan, seguramente el que saque más votos les llamará para ayudarle a formar una mayoría estable. Su actuación diaria depende de dónde sopla el aire por lo que mucha veces igual les da “arre” que “so”.
Mientras tanto, el ciudadano de a pie, tiene que aguantar cada día el espectáculo que dan todos nuestros representantes. Su forma de actuar se parece a la clásica contestación de los críos cuando uno te insultaba: “ y tú mas”.
Piensan que el ciudadano tiene una capacidad de aguante infinita y por ello ni intentan buscar la solución a los problemas, ni aclarar las situaciones que se presentan y que a todos nos da vergüenza verlas y/o escucharlas.
Aunque sean contestaciones de los años 40, no estaría por demás recordar lo que aquella tarde de jueves, un alumno le decía a su maestro. Ahora te pueden responder otra, que podría ser: “por si acaso no te fíes” y también “ eso que dices, no te lo crees ni tú”.
Próximo tema: “Al tranvía”
domingo, 3 de octubre de 2010
Penumbra, sombra y oscuridad
(Escrito 8 de junio 2007)
Trabajar es necesario,
yo lo veo muy normal,
pues poder vivir de rentas
es cosa excepcional;
y en hablando del trabajo,
unos dicen les va bien
y otros hablarán que mal.
Si hablara mal del que tengo,
sería barbaridad,
mas la verdad, que querría,
que en el trabajo que hacemos,
hubiese más claridad.
Hace años que escribí
sobre un gallego en Madrid,
y lo que debía de hacer
el hijo con quien vivía,
cuando llegase a morir;
la moraleja de ello
muy fácil era de ver,
si explicaciones no había,
pensaba como el gallego,
que las reformas se hacen
simplemente por “joder ”.
Recordando aquellos tiempos
se deduce que el “sistema”
con pocas luces alumbra,
para expresarme mejor,
se podría bien decir
que se estaba en penumbra.
Se hicieron nuevas reformas,
se estrujaron el “testuz”,
pero amigos reformistas,
la penumbra aumentó,
porque nadie vio la luz;
y ahora, podemos decir,
medio en serio, medio en broma,
que la penumbra pasó,
a convertirse en la sombra.
Pero a esta sombra, no temo,
pues lo hecho, hecho está,
lo que temo es el futuro
que pronto nos va a llegar.
Podéis estar bien seguros,
que sin pedir opiniones,
nuevas reformas habrá,
y en mi bola de cristal,
esta penumbra, esta sombra,
¡ lo veo con claridad ¡
llegarán a convertirse
en completa oscuridad.
Próximo tema: “ Por si acaso ¡ nos se caiga!”
domingo, 26 de septiembre de 2010
Cuando a la cabra piabas
(Escrito el 15 de octubre 1999)
Era entonces otros tiempos,
cuando estas cosas pasaban,
cuando la cabra a su hijo
ni de buena o mala gana,
ella no lo amamantaba.
Se cogía por la noche
y en un rincón de la tiña
o en el patio de la casa,
a la cabra se piaba;
tendría que estar allí
hasta que ella, lo amara.
Se le ataba de dos patas
del mismo lado de espalda,
por medio de las dos cuerdas
que a dos estacas clavadas
en la pared, ya estaban.
Pero esto no valía,
y para estar bien atada
se le cogía del cuello
con la horca de madera
que a su altura se instalaba;
de esta forma estaba inmóvil
y así, ya no coceaba,
si el cabritillo tetaba
por más de saberle malo,
ni le podía hacer daño,
ni ella ya se soltaba.
Así pasaba la noche,
sin acostarse ni nada,
hasta que el pastor soltaba,
y si al llegar por la tarde
ella seguía en sus trece
y de tetar no le daba,
ya sabía que la pía,
o la horca, por la noche,
otra vez que le esperaba.
Y así podía seguir,
hasta quizá la semana;
pero al fin claudicaría
hasta que a su hijo amara;
y esto que vale pa su hijo
igual valía pa otros,
como era el cordero
que con ella se doblaba.
La cabra que era sumisa
al igual que las ovejas,
de este potro se libraba,
pues en lugar de la horca
se ataban por la barriga,
para que pueda moverse
y bajar bien la cabeza
a mirar al que tetaba.
Cuando ellas comprendían
que de allí no se escapaban,
enseguida al pequeño,
consentían que tetara,
y con sólo estar solas
y un par de noches, aisladas,
cuando llegaba la tarde
y el cordero o el cabrito
él, a su madre buscaba.
Ella, estaba tranquila
y como prueba de paz,
mientras el uno mamaba,
la otra, hasta remugaba,
demostrando la alegría,
y que aquello que hacía
era bueno y le gustaba.
Cuando ves ahora el mundo
y nadie puede hacer nada,
porque nadie aguantamos,
lo que se diga o se haga,
pienso si sería bueno
pensar un poco en la cabra,
cuando se hacía querer,
al cabrito o al cordero,
que no quería, ni amaba.
Próximo tema: “Penumbra, sombra y oscuridad”
Era entonces otros tiempos,
cuando estas cosas pasaban,
cuando la cabra a su hijo
ni de buena o mala gana,
ella no lo amamantaba.
Se cogía por la noche
y en un rincón de la tiña
o en el patio de la casa,
a la cabra se piaba;
tendría que estar allí
hasta que ella, lo amara.
Se le ataba de dos patas
del mismo lado de espalda,
por medio de las dos cuerdas
que a dos estacas clavadas
en la pared, ya estaban.
Pero esto no valía,
y para estar bien atada
se le cogía del cuello
con la horca de madera
que a su altura se instalaba;
de esta forma estaba inmóvil
y así, ya no coceaba,
si el cabritillo tetaba
por más de saberle malo,
ni le podía hacer daño,
ni ella ya se soltaba.
Así pasaba la noche,
sin acostarse ni nada,
hasta que el pastor soltaba,
y si al llegar por la tarde
ella seguía en sus trece
y de tetar no le daba,
ya sabía que la pía,
o la horca, por la noche,
otra vez que le esperaba.
Y así podía seguir,
hasta quizá la semana;
pero al fin claudicaría
hasta que a su hijo amara;
y esto que vale pa su hijo
igual valía pa otros,
como era el cordero
que con ella se doblaba.
La cabra que era sumisa
al igual que las ovejas,
de este potro se libraba,
pues en lugar de la horca
se ataban por la barriga,
para que pueda moverse
y bajar bien la cabeza
a mirar al que tetaba.
Cuando ellas comprendían
que de allí no se escapaban,
enseguida al pequeño,
consentían que tetara,
y con sólo estar solas
y un par de noches, aisladas,
cuando llegaba la tarde
y el cordero o el cabrito
él, a su madre buscaba.
Ella, estaba tranquila
y como prueba de paz,
mientras el uno mamaba,
la otra, hasta remugaba,
demostrando la alegría,
y que aquello que hacía
era bueno y le gustaba.
Cuando ves ahora el mundo
y nadie puede hacer nada,
porque nadie aguantamos,
lo que se diga o se haga,
pienso si sería bueno
pensar un poco en la cabra,
cuando se hacía querer,
al cabrito o al cordero,
que no quería, ni amaba.
Próximo tema: “Penumbra, sombra y oscuridad”
sábado, 18 de septiembre de 2010
Cosas que no verás
(Escrito en enero de 1997)
Aprendiste mucho rock
el inglés y otros idiomas,
pero nunca aprenderás
pues nadie te enseñará ,
los oficios y artimañas
que en tiempos no muy lejanos
eran cosas cotidianas.
Ya no verás afilar
los cuchillos, ni estrales,
ni ponerles a los machos
cabezanas, ni morrales;
ya no verás tú herrar
ni hacer una herradura,
ni curarle a la mulas
esas grandes rozaduras.
Ni verás, ni aprenderás
aunque estés en las afueras
echarle el baste a un macho
ni poner las argaderas;
tampoco ir a acarrear
segar y menos trillar,
el aventar en la era
y la parva contornar.
Nunca ya presenciarás
aquel trabajo tan fino,
como llevar a la cerda
a que la cubra el tocino;
por no ver, ya no verás
hacer bolas, ni morcilla,
porque tampoco has de ver
una simple matacía.
Nunca podrás comprender
lo que significa el yugo,
pues nunca ya tú verás
ni los bueyes, ni lo mulos,
cuando araban en los campos
como ellos se acoplaban
pareciendo los dos uno.
No verás hacer carbón
ni el grano en las talegas,
ni sabrás donde escondían
el dinero que llevaban
en la ropa las abuelas;
no era en monedero
tampoco en mariconera
lo llevaban escondido
en aquella faldiquera.
No verás hacer ya queso
de una forma natural,
ni beberte el suero a trago
con un cazo del pozal;
hasta puede que no veas
ni un cordero amamantar,
ni tampoco a una cabra
cuando al hijo no quería
como tenías que atar.
Por no ver, igual no ves
por mucho que has observau
por una calle del pueblo
dos perros que van ataus;
ni tampoco a dos gatos
cuando se llaman y quieren
y maullan un especial
de su grito que es ¡miau!
Mucho menos ya verás
un buen carro y su reata
que para subir la cuesta
la voz de su carretero
es suficiente, ya basta.
No verás cocer el lino
ni a las abuelas hilarlo,
y aunque veas muchas "togas"
jamás podrás presenciar
como de una simple estopa
se obtenía una soga.
No verás segar espliego
mucho menos destilarlo
ni tampoco en los machos
lo dibujos que se hacían
cuando ibas a esquilarlo
Nunca verás una feria
con todo su alrededor,
como se hacían los tratos
defendiendo lo mejor,
mucho menos al herrar
cuando al mulo que coceaba
le ponían torcedor.
Por ello, si eres joven,
no desprecies a un mayor,
él aprendió muchas cosas,
en colegios, el mejor,
fue el colegio de la vida
que tuvo a su alrededor.
Próximo tema: “Cuando a la cabra piabas”
Aprendiste mucho rock
el inglés y otros idiomas,
pero nunca aprenderás
pues nadie te enseñará ,
los oficios y artimañas
que en tiempos no muy lejanos
eran cosas cotidianas.
Ya no verás afilar
los cuchillos, ni estrales,
ni ponerles a los machos
cabezanas, ni morrales;
ya no verás tú herrar
ni hacer una herradura,
ni curarle a la mulas
esas grandes rozaduras.
Ni verás, ni aprenderás
aunque estés en las afueras
echarle el baste a un macho
ni poner las argaderas;
tampoco ir a acarrear
segar y menos trillar,
el aventar en la era
y la parva contornar.
Nunca ya presenciarás
aquel trabajo tan fino,
como llevar a la cerda
a que la cubra el tocino;
por no ver, ya no verás
hacer bolas, ni morcilla,
porque tampoco has de ver
una simple matacía.
Nunca podrás comprender
lo que significa el yugo,
pues nunca ya tú verás
ni los bueyes, ni lo mulos,
cuando araban en los campos
como ellos se acoplaban
pareciendo los dos uno.
No verás hacer carbón
ni el grano en las talegas,
ni sabrás donde escondían
el dinero que llevaban
en la ropa las abuelas;
no era en monedero
tampoco en mariconera
lo llevaban escondido
en aquella faldiquera.
No verás hacer ya queso
de una forma natural,
ni beberte el suero a trago
con un cazo del pozal;
hasta puede que no veas
ni un cordero amamantar,
ni tampoco a una cabra
cuando al hijo no quería
como tenías que atar.
Por no ver, igual no ves
por mucho que has observau
por una calle del pueblo
dos perros que van ataus;
ni tampoco a dos gatos
cuando se llaman y quieren
y maullan un especial
de su grito que es ¡miau!
Mucho menos ya verás
un buen carro y su reata
que para subir la cuesta
la voz de su carretero
es suficiente, ya basta.
No verás cocer el lino
ni a las abuelas hilarlo,
y aunque veas muchas "togas"
jamás podrás presenciar
como de una simple estopa
se obtenía una soga.
No verás segar espliego
mucho menos destilarlo
ni tampoco en los machos
lo dibujos que se hacían
cuando ibas a esquilarlo
Nunca verás una feria
con todo su alrededor,
como se hacían los tratos
defendiendo lo mejor,
mucho menos al herrar
cuando al mulo que coceaba
le ponían torcedor.
Por ello, si eres joven,
no desprecies a un mayor,
él aprendió muchas cosas,
en colegios, el mejor,
fue el colegio de la vida
que tuvo a su alrededor.
Próximo tema: “Cuando a la cabra piabas”
domingo, 12 de septiembre de 2010
Los Líderes y los Partidos
(Escrito el 18 mayo 2010)
A veces, se oye decir que la “democracia” es el sistema de gobierno menos malo que hay, pero sin embargo, observas actuaciones que deberían estar ampliamente superadas, ya que sino, se parece mas bien a regímenes dictatoriales durante tanto tiempo criticados.
Sin mirar lo que significa en el diccionario, siempre se nos ha dado a entender que entre sus puntos favorables está el de la participación del pueblo en el gobierno, a través de las elecciones y agrupado en los distintos partidos políticos, con sus líderes a la cabeza. Tras las elecciones, se forma el Gobierno que corresponda y es él quien toma las riendas.
Hasta aquí, todo parece normal, pero ¿quién tiene que tomar las decisiones? Yo siempre había pensado, que el “líder de un partido” es el que tiene que representarlo, dar a conocer sus criterios y planteamientos y ser el que dirija el Gobierno, lidere la Oposición o sea el representante de un Partido Minoritario.
Mi sorpresa es, cuando veo que el líder del partido es el que hace y deshace a su antojo; cuando todos sus simpatizantes le rinden una sumisión y lo colocan en un pedestal del que no se puede consentir que nadie, ni de dentro, ni de fuera, lo pueda criticar. Con ese arropamiento, al líder se le considera infalible, hay que aceptar y defender cuanto dice y bendecir todas sus actuaciones, por lo que el “líder se convierte en el partido” y ya no hay mas que una sola voz, la suya.
Cuando un Gobierno, la Oposición, o el Partido Minoritario toma una determinada posición respecto a cualquier tema, no se habla nunca del partido, sino de esa persona determinada y así en nuestro caso no se habla nunca de políticas del PSOE, de políticas del PP, etc., sino que para unos: Zapatero nos llevó al desastre y para otros Rajoy no ofrece ninguna garantía o es la única salvación.
¿Es que detrás de Zapatero no hay un Conjunto de Ministros?.¿No hay una Ejecutiva Nacional ? ¿No están los Barones Regionales? ¿No hay miles de afiliados cualificados?
¿No pasa lo mismo en el PP y en los restantes partidos?
¿Es que acaso nadie le puede hacer ninguna observación a su líder y es él, el responsable de todo lo que se hace? Si desde luego es así ¿no se convierte en el dictador del partido? ¿Dónde está la participación del pueblo en el gobierno?
No es mi ánimo sacar la cara por ninguno, pero me parece, que si el líder de un partido es el intocable y nadie le dice nada por temor a que no salga en la foto, me parece que no es ese buen camino. Creo que no hay que hablar de nombres personales, sino que lo hay que enjuiciar son las políticas que se aplican y ellas las deben asumir desde el líder, hasta el último afiliado o simpatizante y sino es así, mas vale que rompa el carnet si lo tiene y se apunte en otro si es que le cuadra más.
Pienso que en “democracia”, no se puede consentir que el líder de un partido no pueda ser contestado por los suyos a través de los distintos órganos de representación que tiene y la responsabilidad de su actuación debe ser la de su mayoría. Si eso no es así, habremos cambiado el dictador nacional, por el dictador del partido y para ese viaje no necesitábamos semejantes alforjas.
Próximo tema: “Cosas que no verás”
A veces, se oye decir que la “democracia” es el sistema de gobierno menos malo que hay, pero sin embargo, observas actuaciones que deberían estar ampliamente superadas, ya que sino, se parece mas bien a regímenes dictatoriales durante tanto tiempo criticados.
Sin mirar lo que significa en el diccionario, siempre se nos ha dado a entender que entre sus puntos favorables está el de la participación del pueblo en el gobierno, a través de las elecciones y agrupado en los distintos partidos políticos, con sus líderes a la cabeza. Tras las elecciones, se forma el Gobierno que corresponda y es él quien toma las riendas.
Hasta aquí, todo parece normal, pero ¿quién tiene que tomar las decisiones? Yo siempre había pensado, que el “líder de un partido” es el que tiene que representarlo, dar a conocer sus criterios y planteamientos y ser el que dirija el Gobierno, lidere la Oposición o sea el representante de un Partido Minoritario.
Mi sorpresa es, cuando veo que el líder del partido es el que hace y deshace a su antojo; cuando todos sus simpatizantes le rinden una sumisión y lo colocan en un pedestal del que no se puede consentir que nadie, ni de dentro, ni de fuera, lo pueda criticar. Con ese arropamiento, al líder se le considera infalible, hay que aceptar y defender cuanto dice y bendecir todas sus actuaciones, por lo que el “líder se convierte en el partido” y ya no hay mas que una sola voz, la suya.
Cuando un Gobierno, la Oposición, o el Partido Minoritario toma una determinada posición respecto a cualquier tema, no se habla nunca del partido, sino de esa persona determinada y así en nuestro caso no se habla nunca de políticas del PSOE, de políticas del PP, etc., sino que para unos: Zapatero nos llevó al desastre y para otros Rajoy no ofrece ninguna garantía o es la única salvación.
¿Es que detrás de Zapatero no hay un Conjunto de Ministros?.¿No hay una Ejecutiva Nacional ? ¿No están los Barones Regionales? ¿No hay miles de afiliados cualificados?
¿No pasa lo mismo en el PP y en los restantes partidos?
¿Es que acaso nadie le puede hacer ninguna observación a su líder y es él, el responsable de todo lo que se hace? Si desde luego es así ¿no se convierte en el dictador del partido? ¿Dónde está la participación del pueblo en el gobierno?
No es mi ánimo sacar la cara por ninguno, pero me parece, que si el líder de un partido es el intocable y nadie le dice nada por temor a que no salga en la foto, me parece que no es ese buen camino. Creo que no hay que hablar de nombres personales, sino que lo hay que enjuiciar son las políticas que se aplican y ellas las deben asumir desde el líder, hasta el último afiliado o simpatizante y sino es así, mas vale que rompa el carnet si lo tiene y se apunte en otro si es que le cuadra más.
Pienso que en “democracia”, no se puede consentir que el líder de un partido no pueda ser contestado por los suyos a través de los distintos órganos de representación que tiene y la responsabilidad de su actuación debe ser la de su mayoría. Si eso no es así, habremos cambiado el dictador nacional, por el dictador del partido y para ese viaje no necesitábamos semejantes alforjas.
Próximo tema: “Cosas que no verás”
domingo, 5 de septiembre de 2010
El Pleno autoconsumo (y 3)
(Escrito el 22 mayo 1991)
No existían herbicidas,
pero cardos sí que había
que se quitaban a mano
cuando del suelo salían.
Si echaba alguno abono
ese era pionero,
lo más normal era hacer
abundantes hornigueros.
Se iba al campo con alforja,
dentro de ésta la fiambrera,
con el pan y con la bota
aunque revuelto estuviera;
te lo comías en frío
otras veces calentabas,
la cebolla, las olivas,
por general no faltaban.
Aunque platos los había,
estos poco se empleaban,
se comía mucho en fuente,
se bebía más en jarra,
en el rallo, el porrón,
aunque ahora para muchos
le resulten cosas raras.
Venían también sogueros
que tejían grandes cuerdas,
las mujeres apiazaban
pantalones, lo que sea.
Como útiles y aperos
estaría el retabillo,
el rusal, la mariposa,
la hoz, zoqueta y el trillo.
A veces se hacía queso,
la cuajada y requesón,
el local de la despensa
casi siempre, un arcón.
Se jugaba a los pitos
y a darte volteretas,
los mayores en meriendas
chocolate y farinetas.
También jugabas con latas
con las chancas y cacharros,
los mozos hacen apuestas
cuando volcaban los carros.
Los días grandes de fiesta
se mataba algún pollo,
con cuchillas del rusal
te sacabas un bodollo.
Los ataúdes de tablas,
y tela alrededor,
en vez de bota caliente
en invierno y con frío,
la brasa al calentador,
en la cabeza la boina
eso era lo mejor.
Así podría seguir
desmenuzando la vida,
que se hacía aquellos años
allí por dónde vivía;
¿era triste? no lo sé‚
¿era alegre? ¿que diría?
lo que sí puedo jurar,
que en aquel pueblo pequeño
esta forma de vivir,
es la que se conocía.
Próximo tema: “Los Líderes y los Partidos”
No existían herbicidas,
pero cardos sí que había
que se quitaban a mano
cuando del suelo salían.
Si echaba alguno abono
ese era pionero,
lo más normal era hacer
abundantes hornigueros.
Se iba al campo con alforja,
dentro de ésta la fiambrera,
con el pan y con la bota
aunque revuelto estuviera;
te lo comías en frío
otras veces calentabas,
la cebolla, las olivas,
por general no faltaban.
Aunque platos los había,
estos poco se empleaban,
se comía mucho en fuente,
se bebía más en jarra,
en el rallo, el porrón,
aunque ahora para muchos
le resulten cosas raras.
Venían también sogueros
que tejían grandes cuerdas,
las mujeres apiazaban
pantalones, lo que sea.
Como útiles y aperos
estaría el retabillo,
el rusal, la mariposa,
la hoz, zoqueta y el trillo.
A veces se hacía queso,
la cuajada y requesón,
el local de la despensa
casi siempre, un arcón.
Se jugaba a los pitos
y a darte volteretas,
los mayores en meriendas
chocolate y farinetas.
También jugabas con latas
con las chancas y cacharros,
los mozos hacen apuestas
cuando volcaban los carros.
Los días grandes de fiesta
se mataba algún pollo,
con cuchillas del rusal
te sacabas un bodollo.
Los ataúdes de tablas,
y tela alrededor,
en vez de bota caliente
en invierno y con frío,
la brasa al calentador,
en la cabeza la boina
eso era lo mejor.
Así podría seguir
desmenuzando la vida,
que se hacía aquellos años
allí por dónde vivía;
¿era triste? no lo sé‚
¿era alegre? ¿que diría?
lo que sí puedo jurar,
que en aquel pueblo pequeño
esta forma de vivir,
es la que se conocía.
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