(Escrito el 22 de septiembre 2015)
El
14 de julio de 2008, Celedonio escribía para su reflexión
semanal: ¿Por qué no somos sensatos?
El fondo de la reflexión versaba también sobre este tema.
En
los últimos tiempos y principalmente desde las elecciones Municipales y
Autonómicas del pasado 24 de mayo, parece ser que en algunos Ayuntamientos y
Gobiernos Autonómicos, ciertos representantes elegidos por los ciudadanos, se
plantean si deben ir o no a los actos religiosos, que habitualmente venía
asistiendo el Consistorio en Pleno o una representación de su Gobierno. En
algunas localidades y ciudades ya han tomado postura.
Estoy
de acuerdo en que las personas sean creyentes o no, pero un punto a considerar
es si en el puesto que están, representan a los creyentes, a los no creyentes o
a todos. Muchos municipios y ciudades, aunque no queramos verlo, tienen un
trasfondo religioso y de él vive una gran parte de la Ciudad. ¿Qué sería de
Santiago de Compostela, si no existiese la catedral, ni la tradición del Camino
de Santiago? Si muchos pueblos han recuperado su supervivencia o mejora a
través de los peregrinos, que serán creyentes o no, ¿cómo puede decir un
representante de esos núcleos urbanos, que él como no es creyente no tiene por
qué trabajar apoyando esas tradiciones? Su misión, creo que no sólo debe ser de
apoyo, si no de intentar aumentarlas, pues parte de sus vecinos, a los que él
representa viven de eso.
Ejemplos
tenemos a montones. Zaragoza y el Pilar. Sevilla y su Semana Santa, Toledo y el
Corpus, etc. No participar en todos aquellos actos que contribuyen a conservar,
enaltecer la fiesta y consigo el medio de vida de muchos ciudadanos, me parece
que no es representar al ciudadano. Posiblemente no lo hará con ilusión y como
suele decirse le de cien patadas, pero ¿cuántas cosas no viene aguantando el
ciudadano? Una de ellas, mantener en el poder a uno o varios al que él no votó.
Hay
que ser consecuentes con lo que se dice y se representa. Dicen que prendas
típicas del ecologista son las sandalias
y el morral. Sin embargo, defendiendo
el ecologismo, los he vistos trajeados muchas veces. Con estas prendas de
vestir ninguna.
¿Cuántos
concejales que no quieren ir a la procesión por no ser creyentes, se visten de
Reyes Magos? ¿O es que las Cabalgatas de los Reyes Magos no tiene un fondo
religioso? Si somos laicos, ¿por qué no
promueves suprimirlas?.
En
todas estas representaciones, laicas o religiosas, el cargo elegido, no va por
su creencia, sino porque representa al pueblo que se congrega en las aceras,
que unos serán creyentes y otros simples espectadores o curiosos. El participar
en estos actos, pienso que es totalmente distinto, a que por ser representante
del pueblo, no vaya a misa los domingos, no crea en el más allá y en su muerte
no haya ningún acto de tipo religioso.
Con
lo fácil que son algunas cosas, lo complicado que lo queremos hacer, muchas
veces, sin pensar que estas tomas de postura no nos llevan a nada positivo. Si
no es creyente ¿por qué no propone que cambie en su pueblo el destinatario de
las fiestas? En vez de ser fiestas el día de San Antonio, Santiago, etc, no lo
cambian ¿por el del esquileo, la vendimia o la floración de los almendros?
Si
somos mayorcicos, para ocupar puestos de responsabilidad….no actuemos como los
críos, que por una rabieta dicen: ¡Ahora no me da la gana!
Próximo tema: Los Políticos y las Empresas Familiares.
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