domingo, 23 de agosto de 2020

Al rallo

(Escrito el 15 diciembre 2019)

 

Ahora te llaman botijo,

antes tú, eras el rallo,

así eras conocido

hace ya un montón de años.

Unos teníais  dos asas

otros teníais  sólo una,

el color era variable

pues unos erais rojizos

y otros color de aceituna.

 

Una vez que eráis usados

se oía comentar

que al rallo que era bueno

se le veía sudar,

al hacer eso decían

que el agua que contenías

la sabíais  refrescar.

 

Eras útil en las casas

en las eras aun más,

y no digamos los días

que se iba a segar.

Apaciguabas la sed

de aquellos trabajadores

y todos te conocían

en aquellos alrededores.

 

Las mozas iban contigo

muy contentas  a la fuente,

quizá viesen  a su mozo

y hablarían con la gente,

aunque a veces el sudor

se le subiese a la frente.

 

Por las noches en las casas

te dejaban al sereno,

pues así por la mañana

estabas mucho más bueno.

De eso yo fui testigo

pues mi madre Emiliana,

siempre, siempre al levantarse

se echaba un trago del rallo

que estaba en la ventana.

 

Eso era saludable

oí decírselo a alguno

a mi madre le fue bien

murió con  noventa y uno.

En las ventanas te hacían

un sitio dónde tú estar,

para estar  allí seguro

y no poder resbalar.

 

Ahora ya no te veo

ni en ventanas, ni escaleras,

el agua que bebes fresca

te la dan de la nevera.

Los que hace muchos años

contigo los convivimos,

nos acordamos de ti

del agua fresca que hacías

y de lo amigos que fuimos.

 

Próximo tema: Del 2020 se hablará

 

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