domingo, 26 de septiembre de 2010

Cuando a la cabra piabas

(Escrito el 15 de octubre 1999)


Era entonces otros tiempos,
cuando estas cosas pasaban,
cuando la cabra a su hijo
ni de buena o mala gana,
ella no lo amamantaba.

Se cogía por la noche
y en un rincón de la tiña
o en el patio de la casa,
a la cabra se piaba;
tendría que estar allí
hasta que ella, lo amara.

Se le ataba de dos patas
del mismo lado de espalda,
por medio de las dos cuerdas
que a dos estacas clavadas
en la pared, ya estaban.

Pero esto no valía,
y para estar bien atada
se le cogía del cuello
con la horca de madera
que a su altura se instalaba;
de esta forma estaba inmóvil
y así, ya no coceaba,
si el cabritillo tetaba
por más de saberle malo,
ni le podía hacer daño,
ni ella ya se soltaba.

Así pasaba la noche,
sin acostarse ni nada,
hasta que el pastor soltaba,
y si al llegar por la tarde
ella seguía en sus trece
y de tetar no le daba,
ya sabía que la pía,
o la horca, por la noche,
otra vez que le esperaba.

Y así podía seguir,
hasta quizá la semana;
pero al fin claudicaría
hasta que a su hijo amara;
y esto que vale pa su hijo
igual valía pa otros,
como era el cordero
que con ella se doblaba.

La cabra que era sumisa
al igual que las ovejas,
de este potro se libraba,
pues en lugar de la horca
se ataban por la barriga,
para que pueda moverse
y bajar bien la cabeza
a mirar al que tetaba.

Cuando ellas comprendían
que de allí no se escapaban,
enseguida al pequeño,
consentían que tetara,
y con sólo estar solas
y un par de noches, aisladas,
cuando llegaba la tarde
y el cordero o el cabrito
él, a su madre buscaba.

Ella, estaba tranquila
y como prueba de paz,
mientras el uno mamaba,
la otra, hasta remugaba,
demostrando la alegría,
y que aquello que hacía
era bueno y le gustaba.

Cuando ves ahora el mundo
y nadie puede hacer nada,
porque nadie aguantamos,
lo que se diga o se haga,
pienso si sería bueno
pensar un poco en la cabra,
cuando se hacía querer,
al cabrito o al cordero,
que no quería, ni amaba.

Próximo tema: “Penumbra, sombra y oscuridad”

sábado, 18 de septiembre de 2010

Cosas que no verás

(Escrito en enero de 1997)

Aprendiste mucho rock
el inglés y otros idiomas,
pero nunca aprenderás
pues nadie te enseñará ,
los oficios y artimañas
que en tiempos no muy lejanos
eran cosas cotidianas.

Ya no verás afilar
los cuchillos, ni estrales,
ni ponerles a los machos
cabezanas, ni morrales;
ya no verás tú herrar
ni hacer una herradura,
ni curarle a la mulas
esas grandes rozaduras.

Ni verás, ni aprenderás
aunque estés en las afueras
echarle el baste a un macho
ni poner las argaderas;
tampoco ir a acarrear
segar y menos trillar,
el aventar en la era
y la parva contornar.

Nunca ya presenciarás
aquel trabajo tan fino,
como llevar a la cerda
a que la cubra el tocino;
por no ver, ya no verás
hacer bolas, ni morcilla,
porque tampoco has de ver
una simple matacía.

Nunca podrás comprender
lo que significa el yugo,
pues nunca ya tú verás
ni los bueyes, ni lo mulos,
cuando araban en los campos
como ellos se acoplaban
pareciendo los dos uno.

No verás hacer carbón
ni el grano en las talegas,
ni sabrás donde escondían
el dinero que llevaban
en la ropa las abuelas;
no era en monedero
tampoco en mariconera
lo llevaban escondido
en aquella faldiquera.

No verás hacer ya queso
de una forma natural,
ni beberte el suero a trago
con un cazo del pozal;
hasta puede que no veas
ni un cordero amamantar,
ni tampoco a una cabra
cuando al hijo no quería
como tenías que atar.

Por no ver, igual no ves
por mucho que has observau
por una calle del pueblo
dos perros que van ataus;
ni tampoco a dos gatos
cuando se llaman y quieren
y maullan un especial
de su grito que es ¡miau!

Mucho menos ya verás
un buen carro y su reata
que para subir la cuesta
la voz de su carretero
es suficiente, ya basta.

No verás cocer el lino
ni a las abuelas hilarlo,
y aunque veas muchas "togas"
jamás podrás presenciar
como de una simple estopa
se obtenía una soga.

No verás segar espliego
mucho menos destilarlo
ni tampoco en los machos
lo dibujos que se hacían
cuando ibas a esquilarlo

Nunca verás una feria
con todo su alrededor,
como se hacían los tratos
defendiendo lo mejor,
mucho menos al herrar
cuando al mulo que coceaba
le ponían torcedor.

Por ello, si eres joven,
no desprecies a un mayor,
él aprendió muchas cosas,
en colegios, el mejor,
fue el colegio de la vida
que tuvo a su alrededor.

Próximo tema: “Cuando a la cabra piabas”

domingo, 12 de septiembre de 2010

Los Líderes y los Partidos

(Escrito el 18 mayo 2010)


A veces, se oye decir que la “democracia” es el sistema de gobierno menos malo que hay, pero sin embargo, observas actuaciones que deberían estar ampliamente superadas, ya que sino, se parece mas bien a regímenes dictatoriales durante tanto tiempo criticados.

Sin mirar lo que significa en el diccionario, siempre se nos ha dado a entender que entre sus puntos favorables está el de la participación del pueblo en el gobierno, a través de las elecciones y agrupado en los distintos partidos políticos, con sus líderes a la cabeza. Tras las elecciones, se forma el Gobierno que corresponda y es él quien toma las riendas.

Hasta aquí, todo parece normal, pero ¿quién tiene que tomar las decisiones? Yo siempre había pensado, que el “líder de un partido” es el que tiene que representarlo, dar a conocer sus criterios y planteamientos y ser el que dirija el Gobierno, lidere la Oposición o sea el representante de un Partido Minoritario.

Mi sorpresa es, cuando veo que el líder del partido es el que hace y deshace a su antojo; cuando todos sus simpatizantes le rinden una sumisión y lo colocan en un pedestal del que no se puede consentir que nadie, ni de dentro, ni de fuera, lo pueda criticar. Con ese arropamiento, al líder se le considera infalible, hay que aceptar y defender cuanto dice y bendecir todas sus actuaciones, por lo que el “líder se convierte en el partido” y ya no hay mas que una sola voz, la suya.

Cuando un Gobierno, la Oposición, o el Partido Minoritario toma una determinada posición respecto a cualquier tema, no se habla nunca del partido, sino de esa persona determinada y así en nuestro caso no se habla nunca de políticas del PSOE, de políticas del PP, etc., sino que para unos: Zapatero nos llevó al desastre y para otros Rajoy no ofrece ninguna garantía o es la única salvación.

¿Es que detrás de Zapatero no hay un Conjunto de Ministros?.¿No hay una Ejecutiva Nacional ? ¿No están los Barones Regionales? ¿No hay miles de afiliados cualificados?

¿No pasa lo mismo en el PP y en los restantes partidos?

¿Es que acaso nadie le puede hacer ninguna observación a su líder y es él, el responsable de todo lo que se hace? Si desde luego es así ¿no se convierte en el dictador del partido? ¿Dónde está la participación del pueblo en el gobierno?

No es mi ánimo sacar la cara por ninguno, pero me parece, que si el líder de un partido es el intocable y nadie le dice nada por temor a que no salga en la foto, me parece que no es ese buen camino. Creo que no hay que hablar de nombres personales, sino que lo hay que enjuiciar son las políticas que se aplican y ellas las deben asumir desde el líder, hasta el último afiliado o simpatizante y sino es así, mas vale que rompa el carnet si lo tiene y se apunte en otro si es que le cuadra más.

Pienso que en “democracia”, no se puede consentir que el líder de un partido no pueda ser contestado por los suyos a través de los distintos órganos de representación que tiene y la responsabilidad de su actuación debe ser la de su mayoría. Si eso no es así, habremos cambiado el dictador nacional, por el dictador del partido y para ese viaje no necesitábamos semejantes alforjas.

Próximo tema: “Cosas que no verás”






domingo, 5 de septiembre de 2010

El Pleno autoconsumo (y 3)

(Escrito el 22 mayo 1991)

No existían herbicidas,
pero cardos sí que había
que se quitaban a mano
cuando del suelo salían.

Si echaba alguno abono
ese era pionero,
lo más normal era hacer
abundantes hornigueros.

Se iba al campo con alforja,
dentro de ésta la fiambrera,
con el pan y con la bota
aunque revuelto estuviera;
te lo comías en frío
otras veces calentabas,
la cebolla, las olivas,
por general no faltaban.

Aunque platos los había,
estos poco se empleaban,
se comía mucho en fuente,
se bebía más en jarra,
en el rallo, el porrón,
aunque ahora para muchos
le resulten cosas raras.

Venían también sogueros
que tejían grandes cuerdas,
las mujeres apiazaban
pantalones, lo que sea.

Como útiles y aperos
estaría el retabillo,
el rusal, la mariposa,
la hoz, zoqueta y el trillo.

A veces se hacía queso,
la cuajada y requesón,
el local de la despensa
casi siempre, un arcón.

Se jugaba a los pitos
y a darte volteretas,
los mayores en meriendas
chocolate y farinetas.

También jugabas con latas
con las chancas y cacharros,
los mozos hacen apuestas
cuando volcaban los carros.

Los días grandes de fiesta
se mataba algún pollo,
con cuchillas del rusal
te sacabas un bodollo.

Los ataúdes de tablas,
y tela alrededor,
en vez de bota caliente
en invierno y con frío,
la brasa al calentador,
en la cabeza la boina
eso era lo mejor.

Así podría seguir
desmenuzando la vida,
que se hacía aquellos años
allí por dónde vivía;
¿era triste? no lo sé‚
¿era alegre? ¿que diría?
lo que sí puedo jurar,
que en aquel pueblo pequeño
esta forma de vivir,
es la que se conocía.

Próximo tema: “Los Líderes y los Partidos”