domingo, 26 de diciembre de 2010

¡ Cuando la muerte llegaba !

(Escrito el 3 de abril 1988)

Recuerdo cuando era crío
y una muerte se acercaba,
se decía que los perros
esa muerte presagiaban,
cuando en la noche callada
en vez de ladrar, aullaban.

Nunca llegué a saber
las veces que lo acertaron,
pero sí puedo jurar
que en más de una ocasión
los perros la detectaron.

Al acontecer el hecho
se comenta lo ocurrido:
se ha muerto, ha cascado,
terminó, ha fallecido;
desde ese triste momento
la gente salta a la escena,
y una serie de pasos
se suceden en cadena.

Se avisa al carpintero
que se acerca con el metro,
para tomarle medida
y prepararle el féretro;
hay que ir a por las tablas
al pajar que están colgadas
para esta ocasión,
bien limpias y cepilladas.

Hay que hablarlo con el cura
a qué hora puede ser,
si era pobre un sólo cura
si distinguido con tres.

Hay que avisar a los pueblos
donde se tiene familia,
para dar estos avisos
el medio a utilizar
la simple caballería.

Ha de anunciarlo la Iglesia
toda la muerte es sonada:
intervienen tres campanas:
pequeña, grande y rajada.

La pequeña hará TIN.......
y la grande haría TAN.....
y como es natural
la rajada hace TAJ........
y el orden siempre sería:
TIN...TAN.. TIN....TAJ..
TIN...TAN... TIN.....TAJ..

A la familia que sufre
el pueblo le ayudaría
para eso pertenece
a una u otra cofradía;
lista en mano el mayordomo
estas órdenes daría:
tú y tú hacéis la fosa,
vosotros cuatro a llevarlo,
y otros dos para velar
al muerto y acompañarlo;
así esto se ordenaba
y así esto se cumplía
hiciese calor o frío,
para dar estos avisos
nos mandaban a los críos.

Por la noche a rezarle
en cualquier casa que fuera,
casi siempre se llenaban
cocina, patio, escalera.

Las envueltas de la caja
serían de dos maneras,
si era joven eran blancas
para el resto eran negras;
y al no existir los nichos
muriera el que muriera,
todos iban a parar
al agujero bajo tierra,
y tras dejarlo allí
se bajaba comentando
lo buena persona que era.

Aunque esto que recuerdo
os parezca de otra era,
ya que todo ha cambiado
tanto dentro como fuera,
pensemos muy fríamente:
por mucho que se progrese
la muerte es como era.

Próximo tema: “ Asistentes a manifestaciones”

domingo, 19 de diciembre de 2010

Más cosas que no verás

(Escrito el 19 octubre 1999)

En enero, hará tres años,
que otra, como ésta escribí,
mas como me quedé corto
y hay mucho que decir,
me decido a ampliarla
y lo quiero conseguir.

Ya no verás entrar cama,
ni llevar paja al pajar,
ni entre sábana y sábana
hacer el oficio ingrato,
como era el de forquiar.

No conocerás la jalma,
ni la albarda, ni arquillos
ni verás sacar el fiemo
en los llamados arguiños.

No sabrás parar un cepo
ni poner una presera,
para que el conejo caiga
al salir por la portera;
tampoco plantarás lazos,
ni pescarás con tresmallo,
ni beberás agua al alto
en aquel hermoso rallo.

Nunca verás un pastor
cuando salía el primero,
con la zamarra, albarcas,
polainas y delantero;
con la mochila en el hombro
de las que quedan ya pocas,
con la boina y el paraguas
defendiéndose del frío
con bufanda o tapabocas.

No verás en los tejados
aquellos chuzos de hielo,
ni irás a los balsones
a romper aquellos hielos,
que eran fuertes como rayos
y aunque dieses un peñazo
no lo rompía el primero.

No podrás tocar el huevo,
del culo de la gallina,
ni harás gruñir a las piedras
en el río, en la badinas;
esto, se hacía entonces
cuando eras un chiquillo,
luego vendrían apuestas
para ver quien tira piedras
más lejos a sobaquillo.

Ya no te podrás montar
en borrico o pollino,
ni podrás tirar del rabo
cuando maten el tocino.

No verás llevar en baste
una gran carga de leña,
ni verás con un rastrón
como se lleva una peña.

No verás nunca engrasar
ni un carro, ni una galera,
no sabrás ni donde estaba
en los carros la rabera,
no sabrás de pintamozos
ni pugones, ni recinchos,
ni tampoco trilladeras.

Ya no verás cimbrearse
aunque sea a su Alteza,
como lo hacían las mozas
al regresar de la fuente,
con el rallo bajo el brazo
y el cántaro en la cabeza.

Ya no verás la alegría
al punto de las mañanas,
cuando el burrero ponía
las hermosas cabezanas;
por no ver, ya no verás
ni estés solo o en cuadrilla
encender aquellos hornos
con los fajos de ramilla.

Quizá sepas y comprendas,
la palabra “zampabollos,”
pero tampoco sabrás
la faena que se hacía
con el llamado bodollo.

No sabrás que a los perros
para llamarlos es: “tuba”,
ni verás machos cargados
con roscaderos de uva.

Y como sois objetores
y a la mili ya no irás,
ni aprenderás sus canciones
ni luego las cantarás,
y esos ratos que eran majos
ya no los disfrutarás.

Si crees que todo esto
es muy fácil de aprender,
enciende el ordenador
¡ y busca, busca, en Internet !

Próximo tema: “Cuando la muerte llegaba”

domingo, 12 de diciembre de 2010

Accidentes de trabajo

(Escrito el 13 diciembre 1973)

Casi todas las semanas
todos los días mejor,
nos llegan unas noticias
que producen gran terror.

Un día es colectivo,
al otro individual,
la hora, lugar y sitio
es variable y desigual.

Todos gremios afectados
y si no lo podrán ser,
el salvar vidas humanas
pensad que es nuestro deber.

La noticia se produce
incluso en la tierra oculta ,
una vez pasado el caso
¿quién cargará con la culpa?

Se culpará al obrero,
de negligencia al patrón,
al azar o mal suerte
¿pero quien tiene razón?

No es mi ánimo el criticar
ni tampoco investigar,
al mundo entero le pido
que sepa reflexionar.

Las cosas suceden siempre
y a diario como ves ,
pero ¿no hay que analizar
el motivo del por qué?

Una joven por la acera
o la calzada tal vez,
ignorando que al segundo
la vida iba a perder.

En lo alto unos hombres
cumplirán con su deber,
el fallo humano es posible
y un tablón se va a caer.

Admitido es ese fallo
ya que puede suceder,
pero ¿no hay que prevenir
y la desgracia temer?

No se puede consentir
que de la obra, una ajena,
sea víctima de ella
¡es doloroso, da pena!

No seamos atrevidos
la negligencia es pagada
es mejor un "por si acaso",
que aquello de "quien pensaba

Cada caso es patente
y bien sirve de lección,
¿pero hay que llegar a esto
o prevenir su intención?

Porque en Francia se quemó
una gran sala de fiestas,
hubo que cambiar las puertas
y gastar buenas pesetas.

Para llegar a este acuerdo
la desgracia había ocurrido,
tenía que estar previsto
sin incendio sucedido.

Ignoro si existen leyes
o lo tienen estudiado,
si está en proyecto de ley
o si está reglamentado.

Si no está , pido que se haga,
y si hecha, que se cumpla,
así nunca habrá dudas
de quién tendría la culpa.

Cuando suceden los hechos
siempre sale: "esto faltaba"
mas ¿no tendría la culpa
aquél que lo autorizaba?

Enseñemos al obrero
a prevenir accidentes,
que el temor a ese peligro
lo lleve siempre en la mente.

Formemos al empresario
en saber su obligación,
que el ganar no sea solo
su objetivo, su ambición.

A los que dictan las leyes
que sepan de su misión,
los que vigilan si infringen
que les den una sanción.

Seamos humanitarios
estimemos a las gentes,
recordemos el balance
de ese incendio de Las Fuentes.

Todo ello quedó atrás
del accidente sufrido,
sólo quedará una duda
¿podía no haber ocurrido?

Evitemos accidentes,
colectivo, individual,
pongamos todos los medios
que aunque cueste, ES IGUAL.

Próximo tema : “Mas cosas que no verás”

domingo, 5 de diciembre de 2010

Predicar con el ejemplo


(Escrito el 12 marzo 2010)

Muchas veces hemos oído que más que creernos lo que uno dice, hay que analizar lo que hace, es decir, ver si predica con el ejemplo, pues de lo contrario posiblemente sea poco de fiar.

En la vida tenemos muchos ejemplos de estas actuaciones y debe hacernos reflexionar con quien nos estamos codeando o a quien defendemos cuando emitimos nuestra opinión sobre una persona determinada. Posiblemente, en más de una ocasión podrían sacarnos los colores.

Si analizamos la enseñanza, veremos que muchos profesores de la enseñanza pública, llevan a sus hijos a la privada y cuando hay Consejo Escolar quieren defender a ultranza la bondad de su Centro Público. ¿Por qué no llevan a él a sus hijos?

Altos líderes políticos que militan en distintos partidos (Gobierno y Oposición por ejemplo), nos quieren dar a entender que la visión que tienen ellos de encauzar la sociedad es distinta. Si ellos piensan así, supongo que como educadores de sus hijos les querrán transmitir también sus ideas, simplemente por considerar que es la mejor opción.

Los Centros de Enseñanza (Colegios, Institutos, Universidades, etc), supongo que también tendrán su línea general de formación, que quieras que no, siempre tendrá una cierta tendencia hacia un lado u otro y entonces me viene al pensamiento la siguiente reflexión: si los padres parecen ser tan distintos, la sociedad la entienden de distinta manera, etc ¿cómo es posible que lleven a los hijos al mismo Centro? ¿Predican con el ejemplo?

Predicar con el ejemplo, es decir, hacer lo que ellos dicen, posiblemente no les resulte beneficioso en el círculo en que se mueven o al que aspiran, porque no siempre poner en práctica lo que predican les puede favorecer para subir, ascender o trepar.

A finales de los años 60 tuve la ocasión de conocer al entonces Obispo de Huesca ( D. Javier Osés), hombre que para mí fue de los que predicaba con el ejemplo. Desde que fue nombrado Obispo no quiso ocupar el Palacio Arzobispal. Vivió con su madre en un piso de un calle normal y allí me recibió por asuntos de trabajo. Su sencillez y servicio a los demás era inmensa. En más de una ocasión, me lo encontré un día cualquiera de la semana conduciendo su Citroen (¿ Diane 6 ?) por alguno de los pueblos limítrofes, pues había ido a celebrar misa porque no estaba el párroco. Pienso que para una inmensa mayoría fue una persona ejemplar, sin embargo creo que no lo fue tanto para el sistema, ni para sus superiores. No lo degradaron, pero nunca subió, ascendió, ni trepó. ¿Es peligroso predicar con el ejemplo? ¿Es más rentable aparentar y no hacer lo que se dice?

Parte de mis primeros dineros que gané en mi vida profesional, no los cobré. El Jefe de la empresa en la que trabajé no me los pagó. Oyéndolo hablar, parecía un misionero auténtico de los que renunciaba a todo por ayudar al pobre. El comportamiento que tuvo, fue el del auténtico mafioso.

Por ello, en esta sociedad que nos toca vivir, ¿cuántos predican con el ejemplo? Demos un repaso al estamento que queramos : civil, militar, eclesiástico, etc. Hay parados, hambrientos, necesitados, etc. Nos piden austeridad, sacrificio, etc. pero la mayoría de ellos no saben lo que es “un menú del día”, “viajar en un medio público de transporte”, “ni comprar en unos grandes almacenes”.

Mientras haya gente que les escuche, les lea, asistan a sus reuniones, conferencias y mitines y consigan que les aplaudan, cada vez pensarán más en ascender, subir y trepar. Predicar con el ejemplo hoy en día parece ser que no es rentable.

Próximo tema:” Accidentes de trabajo”