sábado, 28 de diciembre de 2013

Cofradías y Vecinales



(Escrito el 23 de agosto de 2013)

De siempre hemos oído que el ser humano vivió  en sociedad. Los vestigios encontrados así nos lo demuestran. Primero habitaron las cuevas y cavernas, luego fundarían pequeños poblados y poco a poco se agruparían en núcleos más grandes, hasta llegar a la época actual en las que vemos las inmensas colmenas humanas. ¡Vaya cambio!

Si bien todo este cambio lo hemos venido asimilando y a esta evolución le llamamos progreso, hoy reflexiono sobre algunas de las cosas que hemos perdido y hasta se podría decir que a mayor progreso mayor deshumanización.

En mi infancia, recuerdo que en mi pueblo había dos cofradías: San Nicolás y Santiago. Todas las familias pertenecían a una u otra y el ingreso en ellas se hacía cuando se venía licenciado de la mili, pues los socios eran los hombres y los que tendrían que pagar la cuota.

¿Qué hacían estas cofradías?  Ignoro las funciones que desarrollaban antes de mis recuerdos, pues supongo que también se irían deshumanizando. Esto es lo que recuerdo. Cada año, un día, que solía ser después de las faenas de la recolección (septiembre) celebraban el día de la cofradía. Ese día iban a misa, hacían la Junta General, comían en hermandad y como es natural alguno empinaba el codo más de lo habitual. En la procesión del Viernes Santo, el Presidente llevaba una cesta grande con velas, que cada cofrade o familiar de él, cogía al principio de la procesión y dejaba lo que no se había consumido al terminar. Hay que pensar que la procesión se hacía por la noche.

Cuando fallecía una persona, 8 cofrades de la Cofradía a que pertenecía la familia entraban en acción. Dos tenían que hacer la fosa (no había enterrador ni nichos). Cuatro tenían que llevar al difunto hasta el cementerio, depositarlo en la fosa y taparla. Dos tenían que permanecer en casa del difunto desde que fallecía hasta que lo enterraban. Se decía “velar al muerto”. Tendrían que atender los trabajos que la familia tenía ese día: dar de comer y beber a las caballerías, cuidar el ganado, etc En definitiva a la familia del difunto se le ayudaba en todas sus necesidades.

¿Qué eran los vecinales? A lo largo del año había una serie de trabajos que había que hacer inaplazables. Ejemplo: arreglo de los caminos tras la tormenta. Entonces  a las casas te echaban un vecinal o dos y tenías que acudir a la hora y lugar indicado para solucionar el problema. Si tú no podías ir, tenías que mandar a otra persona con el que te tenías que arreglar.

Recuerdo también que cuando no había leña para la estufa de la escuela, supongo que se había acabado la que el Ayuntamiento o nuestros padres habrían llevado, los chicos llevábamos nuestro tizón, que los mayores con el hacha partían al empezar la escuela y que los más pequeños entrábamos a la clase.

¿Qué queda ahora de todos estos trabajos de solidaridad? Cuando veo en las playas o en la montaña tantísima gente, a veces pienso. Si para venir de vacaciones nos exigiesen ir un día de vecinal ¿cuántas mejoras podíamos hacer en el entorno en que vivimos?

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viernes, 20 de diciembre de 2013

Bárcenas y su arrogancia



(Escrito el 22 de agosto de 2013)

En el momento de escribir estas reflexiones, no puedo precisar cuánto tiempo llevamos con el tema Bárcenas en los medios de comunicación. No sé si serán ya años, pero muchos meses, seguro.

Cuando estos medios son escritos, siempre que traen a sus páginas el tema lo acompañan de una fotografía del mismo, pues aunque ya todo el mundo le pone cara, de esta forma relacionas mejor la noticia con el individuo.

Lo que no me parece bien, es cómo hacen su presentación cuando la noticia la vemos a través de la Televisión. Su imagen podría quedar fija en el fondo de la pantalla, como en el caso de la prensa escrita y que permaneciese mientras dura el comentario, pero no. La televisión nos dará la noticia comentándola con más o menos amplitud y detalle, pero lo que vemos en el fondo de la pantalla es al encausado todo arrogante, en distintos pasajes de su actividad.

Lo vemos bajando del avión cuando regresa de esquiar, lo vemos cuando con su arrogancia no contesta a ningún reportero que intenta sonsacarle algo, lo vemos cuando en su coche carga montón de cajas y maletas, cuando entra o sale de su casa, cuando se dirige a los juzgados etc. Todas esas imágenes y muchas más las vemos seguidas mientras dura todo el comentario. A otra hora o en otra cadena volveremos a ver lo mismo y repetido día tras otro.

¿Qué se pretende con esto?  Igual da que la noticia sea sin transcendencia o que  sea acusatoria. La imagen es la misma. Su arrogancia ante todo. Cada cual podrá sacar las consecuencias que quiera, pero si se habla de que puede destruir pruebas y ves que carga en su coche maletas y cajas ¿no sería más propio haber procedido de otra manera? Y si no se ha procedido, la sensación es la misma. Vosotros hablar de que buscáis, que yo me lo llevo. Está mal que se ría de todos, pero que encima te lo pase por delante de las narices y que los medios de comunicación lo divulguen, me parece incomprensible.

Si la justicia decidió mandarlo a la cárcel, pienso que lo más propio sería que cuando se hable de él, si la imagen es fija que aparezca dentro o a la puerta de la cárcel y si es la imagen móvil, que sea la que está entrando en ella. Esta es la imagen que debía de permanecer  en todas las cadenas y siempre que hablen del tema, mientras esté encarcelado.

Estas reflexiones que hago sobre Bárcenas podrían ser extensibles a otros casos de corrupción que están en marcha. Cuando ves a los protagonistas, a ninguno se le aprecia síntomas de preocupación, sino todo lo contrario. Su arrogancia es lo primero.

No sé si algún día la justicia dictará sentencias y serán  de inocentes o culpables. Sea la que sea, a unos gustará y a otros no, pero de momento a todos nos están vendiendo la imagen de que estas personas son: las intocables y admiradas.

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sábado, 14 de diciembre de 2013

Para mi,.... una gilipollez



(Escrito el 9 de julio de 2013)

No sé si el título es acertado, pero a lo largo de la vida has podido observar una serie de situaciones, que para mí, al no encontrar otro calificativo les llamo “ gilipollez”. Veamos:

a).- ¿Quién no se ha sentado a tomar una caña en un velador con otros amigos, compañeros, familiares, etc y ha pedido por ejemplo una ración para compartir de calamares? Tras las primeras embestidas, en el plato de los calamares siempre quedará uno que nadie se atreve a cogerlo. Todos manifiestan que no pueden más, que están llenos, ese para ti, etc. Para mí…… es una gilipollez, pues cualquiera se comería para él solo otra ración.

b).- Cuando están varias personas comiendo, a veces saldrá el tema de la calidad de los vinos. Los hay que presumen de gustar tal o cual marca, y por ello los otros acceden a pedirla aunque preferirían otras. El experto se lo sirve y lo mezcla con gaseosa.  Sabrás mucho de vinos, pero para mí lo hecho …..es una gilipollez.

c).-  Hay personas que presumen de hacer deporte todos los días. Van a natación, van a correr, hacen atletismo, etc.  Viven en un primero o en un segundo  piso y siempre suben y bajan en el ascensor. Perdona, pero para mí….es una gilipollez.

d).-  Hay entendidos en gastronomía, que mantienen que con el pescado hay que beber vinos blancos y con la carne tintos. Yo creo que lo que hay que beber es el vino que a cada uno le guste, sea con lo que sea y respetar todos esos protocolos, para mí…. es una gilipollez.

e).- He comido salchichón con madalenas (salado con dulce) y me sabe buenísimo. Defender que no se debe comer dulce con salado juntos, a no ser que haya una base científica probada, para mí…. es una gilipollez.

f).- He visto llegar a uno a la piscina sudoroso, darse su buena ducha y  zambullirse en la misma. Algún otro que lo vio lo criticó, porque  según él es una indecencia tras sudar entrar en la piscina. Esa crítica para mí, si antes se duchó bien….es una gilipollez.

g).- Hay otros que hablan de higiene, pero en la piscina nunca se duchan antes de entrar en ella. Cogen la escalerilla y la están ocupando 10 minutos pues han de mojarse cm a cm. No son capaces de entrar rápido. Para mí….es una gilipollez.

h).-  Si en la Cortes, la disciplina de voto dentro de los partidos es una obligación, bastaría que fueran los portavoces de los Grupos Parlamentarios, cada uno con su número de votos. Tener que votar todos, para mí…. es una gilipollez.

i).-  Que al Sr Bárcenas, se le considere “presunto”, con todo el dinero que ha acumulado, aunque no se sepa de dónde ha venido, para mí……es una gilipollez.

j).- Pretender defender que en el tranvía o en el autobús puedan llegar a ir tranquilamente los perros (encima sin pagar billete), para mí….. es una gilipollez.

Y así podría seguir relacionando una serie de cosas que para mí…. serán una gilipollez, aunque dada  la edad que tengo posiblemente muchos digan que es una clara confirmación …..de la  chochez.
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sábado, 7 de diciembre de 2013

¡Venga, esa mano!



(Escrito el 19 agosto de 2013)

Cuando éramos críos y nos concentrábamos en nuestros juegos, el que creía tener razón era frecuente decir en alguna discusión: ¡te lo prometo! Si era preciso dejar más constancia que lo que decías era verdad, haciendo una cruz con el dedo índice y la yema del dedo pulgar, besándote la uña exclamabas: ¡ te lo juro por Dios!

Mientras los críos pretendíamos dejar claro con aquellas expresiones que era verdad lo que defendías, los mayores, en sus transacciones, acuerdos, etc la única expresión que se utilizaba para cerrar el acuerdo era: ¡venga, esa mano! Con aquél apretón de manos se dejaba zanjado el trato o el acuerdo. Dar la mano tenía tanta validez o más que hoy día se consigue con la escritura ante un notario.

Con el apretón de manos se cerraban los tratos en las ferias cuando se compraba y se vendía un animal. Se empleaba igualmente cuando se hacía un contrato de arrendamiento, cuando se compraba un trozo de monte para hacer carbón, cuando se ajustaba a un trabajador fijo por un año (pastores o criados), etc. Lo dicho  y el apretón de manos significaba dejar zanjado lo acordado y lo acordado se cumplía.

Alguien quizá ponga en duda estas actuaciones ancestrales y que así no se podía regir una sociedad y por eso se tenga más fe en las legislaciones modernas.

 Pero veamos algunos ejemplos:

a).-  Cuando llegan las elecciones, el que se ha hecho acreedor de la ideología del Partido, a lo mejor lo incluyen en la lista electoral  que hay que votar y si va en buen puesto puede ser elegido. ¡Oh sorpresa! Ese defensor de las ideas del partido, al cabo de un tiempo se hace tránsfuga y se pasa al Grupo Mixto y con esa acción da un vuelco total al resultado electoral en esa localidad, Parlamento, etc. De todo hemos visto. Ni el Partido, ni los votantes pueden hacer nada. ¿Es correcto esto? Encima, la ceremonia inicial fue la del juramento.

b).- La Constitución dice que somos todos iguales ante la Ley, pero el mismo que dice que los que compraron Preferentes, tengan la edad que tengan, sabían lo que firmaban, manifiesta y defiende que las mujeres de muchos que están encausados por  corruptos, no sabían lo que firmaban.

c).- Antes, el apretón de manos equivalía a una escritura, hoy aparecen fincas escrituradas a nombre de una persona, sin saber de dónde procede la compraventa. Antes era fácil demostrar: tú nunca me diste la mano, hubiese sido la contestación.

d).- Cuando un juez impartía sentencia antes se consideraba que hacía justicia. Hoy como diversos estamentos son elegidos por el Parlamento ¿quién puede pensar en la neutralidad? ¿Acaso no te debes al que te ha puesto?

Así podría seguir exponiendo casos y situaciones en el que tras muchos años de progreso, de mayor formación, de mayor nivel de vida, etc , los que ya tenemos muchos años pensamos que antes eso no pasaba. La palabra y  el darse la mano tenía otro valor.

Con muchas más necesidades, más hambre y más miseria, las puertas de las casas de los pueblos estaban siempre abiertas.  Podías entrar al patio, la cuadra, la cocina, etc en busca de alguno que la habitaba y nunca faltaba nada. Hoy están cerradas con llave, cerrojo y alarma. ¡Eso dicen que es progreso!

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