jueves, 24 de marzo de 2016

La siega y los Políticos



(Escrito el 5 de enero de 2016)
En los años 40 y 50 del pasado siglo, en muchos pueblos de España la siega de los cereales de invierno se hacía a mano, es decir, con la hoz. Detrás de la cuadrilla de segadores iban otros que ataban la mies en fajos, utilizando los fencejos. El fajo ni tenía forma redonda, ni todo lo que podía atar el fencejo, pues luego había que cargarlo a mano y colocar 3 a cada lado del baste que llevaba la caballería cuando los trasportaba hasta la era.

Como los obreros que participaban en la siega eran sólo para ese trabajo, me contaban que un año, el que ataba los fajos, para fastidiar al que los que tuviese que cargar después, hacía los fajos muy grandes, redondos y todo lo que le fencejo permitía. Pero mira por dónde, ese que ató los fajos, aunque no estaba previsto se quedó a trabajar también en el tiempo de la trilla en la misma casa y le tocó acarrearlos a él. ¡Qué putas las pasó! Como no podía cargarlos, los tenía que partir en otros más pequeños.

Al recordar estas cosas, me trae al pensamiento el comportamiento de algunos de nuestros políticos. Cuando han estado en el Gobierno Municipal criticaban al Gobierno Autonómico o Regional, sobre todo si era de otro color. Cuando el azar los llevó al puesto que tanto criticaron en su legislatura  anterior, alguno se pregunta. ¿Y ahora qué? ¿No decías tú….?

Desde el puesto que tenían en los Ayuntamientos, reclamaban que les tocaba un trozo grande de la tarta, pero luego comprobaron que ¿cómo van a repartir la tarta si es tan pequeña que se terminó nada más empezar el horario laboral? Los que segaban a mano en aquellos años que citaba antes ya sabían que no es lo mismo predicar que dar trigo.

Nuestros políticos hablan mucho, sobre todo en campaña electoral. Aunque alguna vez lo he insinuado o comentado, quiero hablar de ello una vez más, aunque como se suele decir: es igual que hablarle a la pared.

Ningún aspirante al cargo, ya sea municipal, autonómico o nacional, ha cogido el presupuesto del último año o el promedio de la legislatura y lo ha desglosado, en porcentaje por macro conceptos. Si se parte de la base, que no va a incrementar los impuestos y no es capaz de asegurar nuevos ingresos, cuando habla de incrementar o establecer nuevas partidas de gastos o inversiones, lo lógico es que diga de dónde las va a quitar, pues el dinero en sus manos no lo va  a hacer crecer. Como sólo hace prometer, prometer y prometer, le pregunto y ¿de dónde va a salir? ¿A qué concepto se lo  vas a quitar? ¿Te endeudarás más de lo que estás? Quizá pienses en eso, pues cómo tú no lo piensas pagar……

No se si la comparación con la siega, ha sido muy acertada, pues muchos posibles lectores ni la conocieron, ni se imaginan como era eso. Celedonio sí que la conoció. En cada fajo no se podía poner todas las gavillas que el fencejo permitiese atar, ya que si se ponía mucha mies, el fajo pesaba mucho y no lo podías levantar después y aunque fueses muy fuerte no lo podías acomodar a cada lado del baste, por lo que todo tenía que ser proporcional.

Señor político, antes de hablar y prometer, piense en la tarta que tiene y entre cuantos la tiene que repartir y si considera que es pequeña, en su campaña electoral nos diga cómo la va a hacer más grande, no lo haga después.

Espero que pueda servir de reflexión, para las campañas electorales venideras. ¡Que simples segadores de los años 40 y 50 se lo tengan que explicar……..!
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sábado, 19 de marzo de 2016

Las Coaliciones



(Escrito el 7 de febrero de 2016)
En alguna de sus reflexiones, Celedonio, ha expuesto si sería más conveniente que los acuerdos para gobernar a nivel nacional, se hiciesen entre Partidos que también tuviesen ese ámbito y no como hasta ahora que un Partido mayoritario apoyado por un Regional o Autonómico conseguía la mayoría.

Esta reflexión se ha conseguido en las últimas elecciones del 20 de diciembre y aquí estamos, esperando ver si se aclaran y por fin hay un Gobierno estable. Nuevos tiempos nos traen formas nuevas.

Durante las Campañas Electorales se dicen tantas cosas, que el ciudadano de a pie se las tiene que tragar y hasta a veces, según en el momento y en el tono que se dicen son aplaudidas. ¡Así se habla! parece que responde la multitud que escucha al orador y tras los aplausos, éste, se debe pensar que está en lo cierto.

Conocido el resultado, los líderes empiezan a tragar saliva y en privado supongo que se dirán para sus adentros ¿cuántas tontadas he dicho?, pero como las dijo tiene que seguir defendiéndolas.

El darle el apoyo o no a un Partido en el momento de la Investidura, supongo que dependerá de las propuestas que haga en ese momento, pero no, la decisión está tomada ya de antemano, diga lo que diga.

A lo largo de nuestra Democracia hemos visto cómo en muchas ocasiones las promesas electorales ni se han intentado cumplir, pues desde el principio ya se han dado por olvidadas. Tras los resultados electorales habidos ¿quién te dice que el que pretende ser investido no vaya a proponer otra cosa que la que dio a conocer durante la campaña? Si das tu opinión sin escucharlo ¿a quién apoyas? ¿A la persona? ¿Al Partido que representa? ¿Al Programa que no sabes cual es?

Lo que más interesa a los ciudadanos, que es lo que más tendrían que intentar conseguir, parece que les da de lado y todos los contactos que se tienen entre los diferentes Partidos parece que son más temas personales, que los problemas que hay que resolver.

Partidos que han estado afectados por la corrupción y que saben que han sufrido un bajón por esta causa, no quieren reconocerla y por tanto castigar a los culpables. Partidos que prometen que hay que subir el salario mínimo, lo dan por hecho si ellos tienen poder. Pero, sino es en la Administración, ¿se podrán subir los salarios por ley? ¿El aumento de los salarios no es cosa a negociar entre Empresarios y trabajadores? ¿Quién tendrá más fuerza? Hay que reformar la Constitución ¿en qué puntos? Si lo piensas detenidamente, para mejorar esta habría que hacer otra partiendo de cero. ¿Creéis que se podría llegar a un consenso?

Celedonio piensa que las Coaliciones pueden ser mejor si se hacen con Partidos que tengan ámbito estatal, pero la visión que debe tener cada uno de los que participan debe ser más amplia. Estamos a 7 de febrero ¿qué sucederá? Aunque parece que cada vez hay menos creyentes, no me resisto a terminar con la expresión de siempre: ¡que Dios nos coja confesados!

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sábado, 12 de marzo de 2016

Las Subcontratas



(Escrito el 22 de enero de 2016)
Cuando se ve el presupuesto de una obra, normalmente se reflejan las unidades de obra, la mano de obra, otros gastos complementarios, etc. Así se puede leer: metros cúbicos de excavación, transporte de esa excavación, metros cúbicos de hormigón en cimientos, metros cuadrados de tabique, etc. Cada una de esas unidades viene valorada a un precio determinado.

Se debería dar por hecho, que esos precios se han calculado sobre una base real, teniendo en cuenta la ubicación de la obra y las circunstancias específicas de la misma. Nunca deben ser datos copiados de un libro o de otra obra que estaba situada en unas condiciones totalmente diferentes.

Con esta pequeña introducción, Celedonio, siempre ha reflexionado sobre ¿cómo puede ser que una determinada obra se subcontrate por un precio mucho más inferior? ¿Es que el que redactó el presupuesto valoró las unidades de obra a un precio mucho más alto de lo que se puede hacer?  ¿Se correspondía el valor de esas unidades de obra con la realidad?

Posiblemente alguien diga que esa diferencia de precios no es muy significativa, pero entonces me pregunto: Si las empresas por coger una determinada obra están dispuestas a entregar de comisión unas cantidades muy sustanciosas, de ¿dónde sale ese dinero? Sólo hay dos posibilidades: o las unidades de obra están puestas a unos precios que se pueden hacer mucho más baratos, o la calidad de los materiales a utilizar son inferiores a los contemplados.

Por otra parte, el redactor del proyecto, por hacerlo, cobra un porcentaje de su importe. El Ayuntamiento, al autorizar la obra cobrará con relación a ese presupuesto y su inscripción en el registro estará también proporcional a él. Es decir: a todos interesa que el presupuesto sea lo más alto posible.

A lo largo de todos estos años, han salido a la luz, algunos pocos casos de corrupción que ha habido sobre este tema y no parece que haya indicios de ponerle freno. Si la obra es estatal o municipal, no parece importarnos mucho si su coste fue excesivo o no. Si es particular, te tienes que acostumbrar a pensar que siempre fue así. Para el  que pagó,  la casa le costó un pastón ahorrar todo ese importe, el trabajador ha seguido siendo en el mejor de los casos siguiendo de trabajador, pero el empresario casi siempre salió triunfante, aunque muchas veces por avaricioso le cortaron las alas.

El que adjudica la obra, lo que quiere es que la empresa sea solvente y que la lleve a cabo, pero sería bueno saber,  el precio de ese metro cúbico de excavación que se lee en el presupuesto a cómo se realizó de verdad. Si el que lo hizo, lo realizó a un precio mucho más barato, perdone que le diga al redactor del proyecto que no tenía ni idea de cuánto cuesta esa unidad de obra. Yo conocí algún caso y solamente le doy un adjetivo: escandaloso.

No sé si esto tendrá solución, yo pienso que sí, pero ¡a ver quien le pone el cascabel al gato!

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sábado, 5 de marzo de 2016

Recibiendo Propaganda



(Escrito el 14 de diciembre de 2015)
En estos días que estamos
lo vemos ya muy normal,
que si abres el buzón
encontremos propaganda
sobre el tema electoral.

Primero son las tarjetas
de dónde ir a votar
y todo está preparado,
luego te mandan dos sobres
el blanco para las Cortes,
el sepia para el Senado.

A mi nombre llega un sobre,
otro más, a mi señora,
el de Pedro  fue el primero
luego llega el de Mariano
que tampoco se demora.

Y así pasando los días
se va llenando el buzón,
si tardas un par de días
papeles hay ¡un montón!
y a veces me pregunto:
¿tienen ellos la razón?

Al no vivir en Madrid,
ni a Pedro, ni a Mariano,
les voy a poder votar,
entonces ¿por qué no escribe
el que vive en mi ciudad?
Si  quieren que yo les vote
¿por qué no escriben la carta
los que en esa lista van?
¿O acaso no se creen
lo que escrito allí está?

Me gustaría que estos
fueran los que den la cara,
pues de los que están muy lejos,
me fío, muy poco o nada. 

Sin embargo al de la lista
que lo vería en la calle
le diría entusiasmado:
si tú no cumples lo dicho
me tendrás decepcionado,
y por ello a otra vez
el voto te habré cambiado.

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