sábado, 29 de septiembre de 2012

La importancia de un carnet


(Escrito el 26 de enero 2012)

Siempre fue muy importante
disponer de un carnet,
a veces por necesario
y otras ¡veremos por qué!

 Si hablamos del DNI
éste era obligatorio,
y cuando eras muy joven
esperado y deseado.
Podrías entrar al cine,
te acredita ser mayor
cuando estaba la censura
en la puerta de la iglesia
siempre en la Puerta Mayor.

 Tras éste vendría otro,
necesario ¡ qué decir !
me refiero al llamado
el Carnet de Conducir.
Para ir en autobús
si el abono es mensual
si tienes transporte gratis,
u otras cosas por igual.

 Si eres socio del fútbol
de la piscina o frontón
del hogar del jubilado,
en fín tu puedes tener
tres o cuatro o un montón.

 No digamos si incluimos,
lo que llamamos tarjetas,
de esas tendrás un fajo
de muchas cosas como estas.
Tarjeta del Corte Inglés
tarjeta de biblioteca,
de Carrefour, la del Día,
de la Caja, la del Banco,
y hasta alguna que podrás
pagar tú en el estanco.

 Pero el mejor carnet que hay
y que se haya conocido,
es el que dice que estás
afiliado al Partido,
y si es del que ha ganado
entonces ya ¡ ni te digo !

 Podrás ser un titulado,
licenciado o doctor,
mas si has de competir
con el que tiene el carnet,
él será siempre mejor.

 No puedes imaginarte
lo que ese carnet trasmite,
te abre puertas de despachos
que nunca jamás tu viste.

 Te aseguro que así es,
sin ninguna objeción,
pues tiene un poder inmenso
aunque esté en la oposición.

Y si no, quizá tú sepas
por leerlo u oído:
¿sabes ahora dónde está
la ex ministra Aido?
la tenemos en Manhattan,
¡a trabajar en la ONU
la señorita se ha ido!

 No me digas que este puesto
te suena a barbaridad,
la señorita inventó
todo el tema de Igualdad,
por eso ahora cobra
seis mil euros y algo más
sin contar los complementos
que le ocasionan los viajes
alquileres y demás.

 Los millones que hay en paro
a ella igual le da,
ella ya propuso un día
que los hombres y mujeres
debían cobrar igual.

 Si estos puestos se mantienen
estando en la oposición,
si el carnet es del partido
que ahora está en el poder,
dónde tú puedes llegar
ni te lo puedes creer.

 Próximo tema: Si tuvieras que informar….

sábado, 22 de septiembre de 2012

Animales domésticos ( continuación)


(Escrito el 3 febrero 2012)

Sería hacia el año 1955, cuando conocí el primer perro, que recibía unos cuidados totalmente distintos. Ignoro la raza, pero era grande, negro, con pelo rizado y brillante. Al perro lo peinaban, le cortaban el pelo, lo bañaban y lo que más me sorprendió es que decían que no le gustaba el pan. En vez de pan comía galletas, además de los menús propios que tendría. Vivía en Zaragoza. Ante esa situación, había que dar por descontado que la vida de algunos perros, ya no se podía comparar a la vida arrastrada de muchas personas.

Desde entonces, ya he podido ir viendo el trato que reciben algunos gatos y perros, hasta llegar a nuestros días.

Los perros del ganado, se suelen quedar en la paridera dónde el ganadero les lleva la comida. Es más variada y rica que la de antes.

En muchos pueblos, los perros de caza están en un recinto común, dónde alguien se encarga de cuidarlos a lo largo de la semana. Al pasar cerca escuchas la jauría. Los perros vagabundos son muy escasos. Los servicios municipales los recogen y los llevan a las perreras.

Tras este recorrido por el mundo rural, querría reflexionar sobre estos animales en la ciudad. Aunque supongo que será fácil encontrar un censo, no he tratado de averiguarlo. Que hay muchos sí que es verdad. Es frecuente ver “los consultorios y clínicas veterinarias” que hay, las estanterías de alimentos para animales en los supermercados, los distintos útiles destinados a ellos, etc. El dinero que se mueve a través de ellos pienso que es considerable.

Supongo que habrá estudios que indican las ventajas que reportan estos animales, dentro del seno familiar dónde conviven, y no lo voy a poner en duda pero mi reflexión iría a contestar a la pregunta: ¿no nos estaremos pasando?

Muchos niños o no tan niños se encaprichan del “perrico” y piden a sus padres que se lo compren, así podrán jugar con él. Los padres, por no contrariarle, pues eso le podría llevar a deprimirse, acceden a ello y ya tienen capricho para mientras viva. Pero ¿quién lo cuida? Como es natural, los gastos de alimentación, veterinario, etc correrán a cargo de los padres, ¿y su cuidado?

El niño o no tan niño, no puede sacar el perro a la calle, así que los padres antes e ir a trabajar y después de venir, coge al perro y sácalo a que haga sus necesidades. La cosa se complica más a la hora de salir o viajar. Cierto es que para los animales pequeños, he visto unas jaulas que hasta pueden pasar inadvertidas más o menos, pero con los mayores ¿qué haces?

Si vas de hotel, hay muchos que no admiten animales y si vas de apartamento tampoco les sabe muy bueno a muchos dueños. Muchos no pueden entrar a determinados establecimientos por no está permitida su entrada.

He visto cuando iba a trabajar, a una señora con “dos perrazos” por la calle, esperando hiciesen sus necesidades y pensé que cualquier día la tiraban al suelo.

Los perros y gatos han conseguido privilegios que las personas están lejos de alcanzarlos. Está mal visto que tú pongas los pies encima de una silla, pero a ellos se les permite estar tumbados encima del sofá o de la cama.

 No es de recibo que en los pantalones o vestido lleves una mota de polvo, pero que los pelos de los animales domésticos estén por doquier eso nunca es criticado. Criticamos y nos quejamos de los servicios de limpieza municipales, cuando hay papeles por el suelo o la acera no está tan limpia como nos gustaría, pero tenemos que admitir y soportar todas las heces de nuestros perros sin ninguna manifestación en contra. Hay algunos que las heces las recogen en la bolsa, pero ¿qué se hace con los orines? ¿Acaso no huelen?

La verdad es que podría hablar mucho de este tema, pero me parece que en la situación en que estamos, con las necesidades que vemos y las reivindicaciones que hacemos habría que preguntarnos, si ¿no nos estaremos pasando en este tema? Me gustan los animales y sobre todo los que además de la compañía, tienen alguna otra utilidad, pero yo que vivo en un piso, de momento, no tengo ni perro, ni gato.

Próximo tema: La importancia de un carnet







domingo, 16 de septiembre de 2012

Los animales domésticos (1)



(Escrito el 3 de febrero 2012)

De siempre recuerdo ver en la casa de mis padres, gatos y perros. Los primeros gatos que recuerdo eran 3. Todavía me viene a la mente el color de su piel. Eran fuertes y hermosos aunque no se les daba excesivos cuidados. El principal alimento con el que contaban era lo que cazaban. Tenían acceso a todos los sitios, pues en los pueblos, las puertas de los graneros, escaleras, cuadras, pajares, corrales, etc todas ellas tenían “gatera”. Por la cocina que es dónde se hacía la vida estaban poco.

También recuerdo, que mi abuelo muy anciano ya, tenía un palo delgado de unos 60 cm de largo y en uno de los extremos llevaba un cascabel, junto a una cuerda trenzada que colgaba. Cuando el gato pretendía acercarse a algún plato con comida o quería subirse a la mesa, al mover el palo sonaba el cascabel y el gato se escapaba rápido, ya que sabía que detrás del sonido si persistía en su acción iba el golpe con la cuerda trenzada.

Los perros siempre había como mínimo dos grandes y algún otro pequeño (cachorro). Su misión era cuidar el ganado. Como se solía decir, a la mayor parte de ellos sólo les faltaba saber hablar. Al pastor le entendían a la perfección. No hacía falta ni hablarles. Con un gesto le comprendían. Como es natural durante el día estaban en el campo y su comida habitual era el pan. Por la tarde cuando regresaban se tumbaban en la cocina normalmente debajo de la cadiera.

Cuando se cenaba, salían de debajo del banco o cadiera y se sentaban con la cabeza levantada esperando a ver si les dabas algo. Los huesos, el trozo de pan, etc que se lo echabas al alto, jamás llegaba al suelo. Tenían una habilidad espantosa. Por la noche, el patio, la escalera o la cuadra era su lugar para dormir.

Había otros perros de caza, que iban al campo con su dueño. Esos estaban más por el pueblo, pues cuando no iban al campo se quedaban.

Finalmente había otros de los que se decía que “ni eran galgos, ni conejeros”, es decir que sólo servían de compañía.

Las perras del ganado y las de caza se procuraban cruzar con otros perros que se sabía que eran buenos y por lo tanto auguraban que la descendencia tendría buenas aptitudes. Como siempre parían más de uno era habitual escuchar entre los vecinos : cuando para la perra ya me guardarás un cachorro. A veces estos cachorros procedían de pueblos vecinos, cuando el pastor o cazador conocía a la perra y le gustaba como trabajaba.

Los que hemos llamado “ni galgos, ni conejeros” y por ello eran los que más callejeaban, se apareaban entre sí y era en los que los chicos no fijábamos o encorríamos.

Si bien todos los perros tenían dueño y por tanto se les cuidaba, cuando uno iba muy apurado en el trabajo y descansaba muy poco, se decía que “llevaba una vida de perros” por lo que en general, salvo los que cuidaban el ganado o los de caza en la época que se podía cazar, a los restantes no se les prestaba mucha atención.

Esta era la vida de los animales domésticos al menos en los años 40 y 50 por los pueblos. En la capital, a la mayoría de ellos no creo que se les prestase muchos cuidados.

Aun sin ser mimados, creo que el cariño y la fidelidad de los perros hacia su amo era total. Recuerdo que cuando la muerte de una persona se acercaba, se decía que los perros la detectaban y la manifestaban en lugar de ladrar, aullando, que más bien se parecía a un llanto. Puedo asegurar que a veces acertaron.

Como al comentar todo este pasado, casi he llenado la página, espero en la próxima semana, comentar la otra cara de la moneda, es decir: los animales domésticos ahora.

Próximo tema: Animales domésticos (2)


miércoles, 12 de septiembre de 2012

Las tertulias de la TELE


(Escrito el 7 de junio 2012)

Cuando nos llegó la Tele
que recuerdo y conocí,
pensé que era un gran medio
que podría ayudarnos
a formarnos y a vivir.

Podría entretenernos
y desde luego informar,
y escuchando lo que hablasen
hasta incluso educar.

Sin embargo con el tiempo
he podido comprobar,
que muy poco de esto hacen
y si me apuras un poco
te diré que empeorar.

Se salva algún programa
que es muy bueno y no está mal
pero la media de todos
para mí: están fatal.

No hablemos de los temas
que nos echan sin parar,
son temas provocativos
que no habría ni que hablar.

Cuando en medio de la crisis,
la gente lo pasa mal,
te sacan casas de lujo
y también sus moradores
que te sienta muy fatal.

Pero bueno esas cosas,
no son mías, ni son tuyas,
lo que quiero criticar
es el tema las tertulias.

Podría ser formidable
cuando junto a una mesa,
tranquilos y sin temor,
se sientan varias personas
junto a un moderador.

Abierto el tema a debate
cada cual da su opinión,
el que escucha que los juzgue
pues el hablar como piensan
sólo eso es su misión.

Sin embargo escucharlos
y encima con atención,
te resulta imposible
aunque tengas vocación.

Si uno habla algo fuerte,
otro le quiere callar,
para ello lo mejor
si él grita, yo chillar,
y para no rebatirle
y poderle hacer callar
a lo que más se recurre:
a no dejarlos hablar.

Tú al verlos te cabreas
y todos de alrededor,
sin embargo está tranquilo
ese gran moderador.

Pero bueno, tú no sabes
que si diste la palabra
porque uno quiere hablar
¿no se le debe cortar
hasta poder terminar?

¿Y Vds son periodistas?
¿fueron a Universidad?
¡ mal empleados dineros
que todos con los impuestos
les tuvimos que pagar!

Pediría y propondría
por si el mañana es mejor,
que antes de empezar tertulia,
o en el tiempo los anuncios
les enseñen lo que hablaron
tan sólo el día anterior,
para ver si se avergüenzan,
y alguno ya no se altera,
con todo el mayor respeto
a la señora el mercado,
les diré a los tertulianos
que más que universitarios
son igual que verduleras.

Próximo tema
: Animales Domésticos (1)

lunes, 3 de septiembre de 2012

La avaricia rompe el saco


(Escrito el 26 de enero 2012)

Conocí a un constructor, que en conversación informal me decía: Cuando empiezas un bloque de pisos, el 50% los tienes que tener vendidos ya. El 25% tienes que intentar venderlos mientras dura la obra, cosa que no es difícil pues ayuda ese 50% que ya tienes vendido. El otro 25% tienes que tener capacidad para afrontarlos tú. Si no eres capaz de eso, no te metas en berenjenales.

Esa conversación que tuvimos antes de la crisis, la he recordado muchas veces, visto lo visto. En los años del ladrillo las urbanizaciones aparecían por doquier y junto a ellas los campos de golf. ¿Cuántos pisos tenían vendidos a la hora de empezar? No sé si los promotores, pensaban como el constructor a que hago mención, pero me parece que guiados por la codicia el saco se les rompió.

La avaricia no fue sólo del promotor, sino que llegó a todos. Algunos que tenían terreno se resistían a vender porque esperaban más y más y al final se quedaron con él. ¡Cuántas veces se habrán arrepentido!

La avaricia llegó a los bancos. Por el afán de prestar, empezaron a dar facilidades y cuando siempre fue lo normal que en una hipoteca para un piso se concedía solamente el 80% del valor de tasación, ahora te prestaban más que lo que valía. El resultado lo estamos viendo.

La avaricia llegó al que tenía unos ahorros y pensó en la facilidad de multiplicarlos. Como cada día subían más, compro uno o dos y dentro un año los vendo. Más de uno pienso que se habrá quedado cogido.

La avaricia llegó a hablarse de hipotecas hasta 40 años. En muchos casos calculabas, que la tendrían que heredar los hijos.

Así podríamos seguir contando situaciones que una veces conocemos y otras nos las imaginamos. Si todos lo hacían ¿cómo iban a estar equivocados....?

Las declaraciones que se oían eran verdaderamente sorprendentes. Recuerdo las de un Ministro que decía: si la gente compra los pisos caros, es señal que los podrá pagar. Sin comentario....

Nos hicieron ver que nos habían vuelto a todos ricos...., cuando el final será convertirnos en más pobres que las ratas, aunque desde luego, no les llegará a los responsables......

Esta explicación es más o menos las que daban nuestros dirigentes. ¿Dónde va Vicente? Dónde va la gente, se suele decir. Esto más o menos fue lo que pasó y es triste que nadie avisara de lo que podría pasar. El hombre de la boina, siempre dijo que el brazo no se puede estirar más que la manga, pero al no tener ninguna Licenciatura, ni ningún Master en economía nadie le hace caso.

¿Qué le pasó al constructor indicado al principio? No conozco los problemas que pueda tener en estos momentos, pero sí que puedo asegurar que no le quedó ninguna obra a medio hacer y en un solar que tiene, hace tiempo ya que colocó un cartel anunciando lo que pensaba construir. Quizá ahora no empiece hasta que tenga al menos el 70% en lugar del 50%, pero al menos creo que fue sensato en su día.

Próximo tema: Las Tertulias de la TELE