¿A esto hemos llegado? (01)

(Escrito 1 marzo 2022)

En la semana 600 de este Blog, publicado el 19 de septiembre de 2020, Celedonio reflexionaba sobre los avances habidos desde la Edad Media hasta los años 40 del siglo pasado. En algunos pueblos escasos. No tenían carretera, no había agua corriente, si tenían luz se iba con mucha frecuencia, no conocían los electrodomésticos y por supuesto tampoco el teléfono. A fecha de hoy, siglo XXI, nadie se puede poner a evaluar los cambios habidos. Estamos en el sumun de los avances tecnológicos y el nivel de vida es incomparable. Sin embargo puesto a reflexionar, Celedonio piensa:

Días pasados en una jornada con el Grupo de Senderistas, al atravesar bajo un puente de un cinturón de circunvalación, pudimos ver cómo una persona había pasado allí la noche. Todavía estaba tapado. Nadie nos inmutamos al ver la escena, pues estamos acostumbrados a presenciarla en el casco urbano. Ver gente que duerme en la entrada a los cajeros, ciertos portales, etc. es frecuente.

Seguimos nuestro camino y al poco rato nos encontramos con una construcción en terreno amplio vallado, con malla metálica espesa y otra plastificada. Era un albergue-mansión para los gatos. Allí tenían todas las comodidades. Los letreros así lo indicaban y destacaban que no se molestase a los animales.

Comparando las dos escenas después de todo nuestro progreso, en el siglo XXI ¿a esto hemos llegado?

Cuando hace muchos años, la bici se utilizaba para ir al trabajo y no había esa ambición recaudatoria por parte de las Administraciones, todas las bicis tenían que llevar su placa de matrícula, que había que renovar anualmente y desde luego todas contaban con timbre y farol. En la actualidad la bici aunque alguno la utilice para ir al trabajo, la mayor parte de ellas se dedican a practicar el deporte. Como ninguna lleva timbre, ni desde luego matrícula, cuando circulas por los caminos hay que estar atento, pues puede venirte de frente o por detrás, pero como no te avisa, se te echa encima sin enterarte. Los que van andando serán mayores, pero el de la bici, tiene preferencia y hay que dejarles paso. Tras tanto civismo, tanto Master y tantas Reformas de las Leyes de Educación ¿a esto hemos llegado? En este apartado podríamos incluir a los de los patines, las tablas, patinetes, etc. Circulan por los paseos como Pedro por su casa.

He leído pero no he pretendido retenerlas en la memoria las cifras que indican los perros y gatos que hay censados en nuestros hogares. Alguna vez se comparaba con los nacimientos humanos habidos. Mientras seguimos viendo la gente mendigando en las esquinas y en las puertas de algunos establecimientos, contemplamos las peluquerías caninas que se han abierto. Algunas veces pienso si estaremos en vísperas de ver presentar en el Congreso una propuesta de Ley, que los animales domésticos cuenten con una asistencia veterinaria gratuita, similar a la Seguridad Social de los humanos. ¿a esto hemos llegado?

Dado que hay más objetivos alcanzados, otro día reflexionaré sobre ellos

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¿Cuántos años él tendrá?

(Escrito 4 febrero 2022)

Cuando andas por la calle

y ves a muchos pasar

al cruzarte con la gente

te viene al pensamiento

¿cuántos años él tendrá?

Si calculas que unos veinte

en un crío pensarás,

pues resulta que los nietos

¡ellos los cumplieron ya!

 

Que le calculas cuarenta

lo mismo te pasará,

hace yo cuarenta años

¿dónde podía estar?

no lo sabes pero piensas

que tu hijo más pequeño

¡tenía seis años ya!

 

Sigues andando y tropiezas

con gente de más edad,

y oyes decir a uno

¡me acabo de jubilar!

Este ya piensa que es viejo

pues dejó de trabajar,

pues yo tengo los de ese

¡con diecisiete años más!

 

Y así ves tú a la gente

que no para de pasar,

a veces preguntaría

¿cuántos años él tendrá?

No es que sea un cotilla

por quererle preguntar,

conozco algunos que tienen

los míos y diez años más

sólo sería una forma

¡de poderte comparar!

 

En clase y en Senderismo

no me veo muy mayor,

pero el más viejo de todos

¡resulta, que ese soy yo!

No tengo miedo al final

que llegue ya no es raro,

pues como dice alguno

¡quedan tres telediarios!

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¿Os parasteis a pensar?

(Escrito el 7 junio 2021)

La vida pasa tan de prisa, que ni nos damos cuenta de muchas cosas que van sucediendo, por lo que no es habitual en pararte a pensar en algunas de ellas.

Hace años, nos sorprendía cuando veíamos una tienda que llamábamos, de los chinos, hoy pasamos por muchas calles y vemos tal cantidad de comercios que regentan estos que ya no llaman la atención.

De la explotación de estos locales se pasó a regentar muchos bares y si al principio nos sorprendió y hasta como referencia nos citábamos en el bar o cafetería de los chinos, o cerca de allí, en la actualidad, cuando vemos que reforman alguno de estos establecimientos, sin pensarlo más ya decimos: éste lo abrirán los chinos. Una gran parte de veces aciertas. Parece que entre ellos tienen buenos enlaces o contactos, pues se da el caso que ves calles que en un mismo trozo de calle ves que los bares y cafeterías que hay todos ellos son explotados por los chinos.

Si se ha hecho habitual ver comercios y bares o restaurantes de chinos, desde hace unos años se viene observando el cambio de explotación de las tiendas que venden frutas y verduras. Algunas parece que pertenecen a cadenas comerciales determinadas y otras no sabes si son totalmente autónomos o dependientes de otros. Cuando vas a ellas ya las defines por el personal que hay en ellas. Voy a comprar a los moros, a las rumanas, a los pakistaníes, etc y entre los del barrio ya te entiendes. No hace falta más detalles para saber dónde vas o de dónde vienes.

Cuando nos hablan del paro que hay a nivel nacional, provincial o en la ciudad en que vives ¿no te has parado a pensar, si alguno de todos estos comercios, bares y tiendas   no podían ser explotados por personas nacionales? ¿Cuál es el motivo? ¿Es mucho el trabajo para lo que se gana? ¿Se conforman ellos con menos?

Hubo muchos tiempos en que las chicas salieron de los pueblos a servir, los chicos iban de aprendices y los extranjeros no es que no existían, sino que los españoles se fueron muchos al extranjero a trabajar en lo que encontraban.

El mundo da muchas vueltas y con el paso del tiempo, no sé lo que llegaremos a ver. Sin añorar el pasado, ni criticar al presente, los que ya peinamos canas simplemente te hace pensar. Por el tiempo que nos queda, posiblemente no veamos ya muchos cambios, pero ¿qué llegarán a ver los que ahora son simplemente adolescentes?

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Difícil ponerle título

(Escrito el 7 mayo 2021) 

Para las reflexiones de hoy no encuentro de momento un título apropiado. El que lo lea puede ponerle el que considere más oportuno. Algunos puntos ya los he tratado en otras semanas del Blog, pero aunque hace mucho tiempo que fueron comentados siguen teniendo actualidad, al menos eso es lo que pienso.

La inquietud por escribirlas es fruto de lo que se viene oyendo tras las elecciones del pasado día 4 de mayo en Madrid. ¿Pasará en otras naciones todo lo que estamos oyendo en esta nuestra querida España?

El dividir a los ciudadanos y votantes en derechas e izquierdas, como ya he dicho en otras ocasiones, trae consigo una falta de entendimiento entre los dos bandos, simplemente porque no pueden ponerse a dialogar. La opinión que se tiene del uno y del otro la tienen ambos grabada a fuego.

Estamos escuchando a la izquierda que la culpa la tienen los votantes. Si la Democracia se basa en la expresión del ciudadano a través del voto, resulta que no es válida, pues el ciudadano no sabe discernir dónde está lo que le interesa. O no lo ha visto o no le ha convencido lo que ha escuchado. Pienso que no se le puede tratar de subnormal o algo parecido. A este respecto recuerdo haber escuchado o leído en alguna ocasión que en Francia los primeros votos que obtuvo Le Pen fue en distritos que siempre ganó el Partido Comunista Los entendidos habrán sabido analizar los motivos.

No sé si sucederá también en otras naciones, pero aquí lo que siempre se ha buscado es enfrentar al obrero con el patrón, cuando pienso que ninguno puede prescindir del otro. ¿No hay forma que se produzca un cambio de actitud? ¿Son todas las empresas iguales? Si no lo son ¿por qué tiene que haber una legislación uniforme?  ¿Por qué no se estudia alguna otra forma para que pueda haber mayor entendimiento?

En la primera empresa que trabajé se dedicaba al movimiento de tierras. Los tractoristas tenían una asignación mensual fija y después una cantidad por hora que trabajaba su tractor. El mecánico tenía también una asignación fija y una prima por cada hora que trabajaba cada uno de los tractores. Su preocupación es que todos estuviesen trabajando. No quiero analizar este sistema, pero sí que puedo asegurar que patrón y obreros estaban contentos y los salarios eran superiores a la media de la zona.

Si queremos eficacia en el trabajador también tiene que tener un estímulo. El simple pastor ¿no tendría que tener una gratificación por el número de corderos que han llegado al sacrificio o a la reposición? El papel del pastor no es solamente soltar y encerrar y que no vayan a los sembrados. Igual que el pastor podríamos hablar del camarero servicial y distinto a otros. ¿No se va muchas veces a un sitio determinado porque te atienden mejor que en otros? Si todo es igual y se provoca además el enfrentamiento, poco podremos conseguir.

Si el sistema actual de empresa no funciona ¿no se podría pensar en ir modificando alguna? Nunca se oye hablar de la creación de empresas en plan cooperativo que no es lo mismo que empresas estatales, dónde al dueño no se conoce y el estímulo es nulo.

Del papel de los Sindicatos también habría que reflexionar. ¿No hemos conocido al trabajador experto en coger bajas y el Sindicato siempre le dio la razón? Está bien defender al trabajador, pero siempre lo que es defendible. ¿Qué reacción han tenido los Sindicatos cuando la designación para el puesto ha sido a dedo? ¿Cuántas plazas hay cubiertas por personal que no le corresponde? Seamos serios.

Pensemos que para que haya puestos de trabajo tiene que haber empresas y trabajadores. De su máxima armonía se obtendrán los mayores éxitos. A veces reclamamos el reparto de la tortilla, pero ¿dónde está? ¿quién la hace?

Si queremos mejorar, estudiemos las situaciones y busquemos soluciones entre todos. Si partimos de la base que el empresario es siempre de derechas y que el trabajador tiene que ser de izquierdas, nunca se podrán entender. Antes de sentarse a hablar ya se le asigna a cada uno su papel. Están marcados a fuego.

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