domingo, 19 de diciembre de 2010

Más cosas que no verás

(Escrito el 19 octubre 1999)

En enero, hará tres años,
que otra, como ésta escribí,
mas como me quedé corto
y hay mucho que decir,
me decido a ampliarla
y lo quiero conseguir.

Ya no verás entrar cama,
ni llevar paja al pajar,
ni entre sábana y sábana
hacer el oficio ingrato,
como era el de forquiar.

No conocerás la jalma,
ni la albarda, ni arquillos
ni verás sacar el fiemo
en los llamados arguiños.

No sabrás parar un cepo
ni poner una presera,
para que el conejo caiga
al salir por la portera;
tampoco plantarás lazos,
ni pescarás con tresmallo,
ni beberás agua al alto
en aquel hermoso rallo.

Nunca verás un pastor
cuando salía el primero,
con la zamarra, albarcas,
polainas y delantero;
con la mochila en el hombro
de las que quedan ya pocas,
con la boina y el paraguas
defendiéndose del frío
con bufanda o tapabocas.

No verás en los tejados
aquellos chuzos de hielo,
ni irás a los balsones
a romper aquellos hielos,
que eran fuertes como rayos
y aunque dieses un peñazo
no lo rompía el primero.

No podrás tocar el huevo,
del culo de la gallina,
ni harás gruñir a las piedras
en el río, en la badinas;
esto, se hacía entonces
cuando eras un chiquillo,
luego vendrían apuestas
para ver quien tira piedras
más lejos a sobaquillo.

Ya no te podrás montar
en borrico o pollino,
ni podrás tirar del rabo
cuando maten el tocino.

No verás llevar en baste
una gran carga de leña,
ni verás con un rastrón
como se lleva una peña.

No verás nunca engrasar
ni un carro, ni una galera,
no sabrás ni donde estaba
en los carros la rabera,
no sabrás de pintamozos
ni pugones, ni recinchos,
ni tampoco trilladeras.

Ya no verás cimbrearse
aunque sea a su Alteza,
como lo hacían las mozas
al regresar de la fuente,
con el rallo bajo el brazo
y el cántaro en la cabeza.

Ya no verás la alegría
al punto de las mañanas,
cuando el burrero ponía
las hermosas cabezanas;
por no ver, ya no verás
ni estés solo o en cuadrilla
encender aquellos hornos
con los fajos de ramilla.

Quizá sepas y comprendas,
la palabra “zampabollos,”
pero tampoco sabrás
la faena que se hacía
con el llamado bodollo.

No sabrás que a los perros
para llamarlos es: “tuba”,
ni verás machos cargados
con roscaderos de uva.

Y como sois objetores
y a la mili ya no irás,
ni aprenderás sus canciones
ni luego las cantarás,
y esos ratos que eran majos
ya no los disfrutarás.

Si crees que todo esto
es muy fácil de aprender,
enciende el ordenador
¡ y busca, busca, en Internet !

Próximo tema: “Cuando la muerte llegaba”

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