sábado, 12 de diciembre de 2015

Manifestaciones y Huelgas



(Escrito el 24 agosto 2013)
Que nadie piense que estoy en contra de ninguna de estas expresiones de descontento, sino que tan sólo deseo hacer algunas reflexiones sobre las mismas.

En cuanto a las Manifestaciones, pienso que los que las convocan tienen unas ideas claras  sobre lo que pretenden y tanto la legislación como los ciudadanos que piensan como ellos, deberían colaborar en su desarrollo.

Recuerdo una de las Manifestaciones masivas a las que asistí. Al llegar al punto de concentración, me dio un vuelco el cuerpo y pensé para mis adentros: ya me iría a casa. Lo primero que vi fue una pancarta sobre un tema que no guardaba ninguna relación con el tema convocado. ¿Por qué están estos aquí? ¿Pidieron permiso a los que legalmente la convocaba? Para mí sobraban.

Avanzando un poco más entre el público, veo dos pancartas que están en contra del tema por el que asistíamos la mayor parte de la gente. ¿Por qué no convocaron ellos antes o después otra? ¿Porque no tendrían suficiente apoyo….?

Esto que parece no tener importancia, para mí sí que la tiene. Los medios de comunicación, autoridades o estamentos que no estén de acuerdo con la que se autorizó, sabrán sacar en sus medios de comunicación a todos estos, que aunque minoría, pretenderán minimizar el número de asistentes a la convocatoria.

Las leyes y los ciudadanos deberían apoyar el desarrollo del tema para el que se solicitó la autorización. Sería una forma de apreciar el apoyo que tenía su convocatoria. De esta forma, todos los asistentes dirán que apoyaban la convocatoria no siendo real, pues muchos eran contarios a ella y otros exponen temas que no guardan ninguna relación.

Con relación a las Huelgas, en un país democrático y con gente concienciada, creo que habría que hacer algunas consideraciones.

Las votaciones entre los trabajadores, para ver si se va o no a la huelga tendría que ser secreta, para que nadie se sienta presionado. Las votaciones “a mano alzada”, no siempre definen bien el sentir de todos los trabajadores. Mucho menos las que se puedan decidir sin ningún tipo de votación.

Si la votación ha sido secreta, los piquetes deberían ser tan sólo informativos, sin coaccionar, ridiculizar o insultar al que en secreto votó que deseaba trabajar.

El más perjudicado con la huelga, tendría que ser aquél sobre el que se dirige la protesta, aunque a veces los ciudadanos tendrán que soportar y sufrir las incomodidades.

 En ambos movimientos ciudadanos, hay que tener presente, el fin de cada uno y a quién va dirigido. Cuando en uno u otro o en ambos, las concentraciones traen consigo destrozos y actos vandálicos, no se puede esperar que estos tengan el apoyo de los que no asistieron. La repulsa será la respuesta y entonces lo pagarán justos por pecadores. Si somos responsables, actuemos como tal y si no se es, mejor quedarse en casa.

Próximo tema: Diálogo entre Señoras

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