lunes, 10 de septiembre de 2018

No tenemos solución


(Escrito el  6 de junio 2018)
 El 10 de mayo de 2011, Celedonio le ponía de título a su reflexión “Esto tiene que explotar”. La publicaba el 9 de octubre de ese año. La de hoy, también tiene título poco optimista. A lo largo de su reflexión semanal, ya ha tocado algún punto de los que hoy va a exponer, pero quería hacerle un monográfico.

Los países están dirigidos por Gobiernos de distinto signo político y los políticos se mueven entre leyes que aprueban ellos, por las que aprobaron otros anteriores o por otras tan antiguas, que no sabríamos decir quienes las introdujeron, ya que si preguntamos quizá nos dijesen “siempre fue así”.  Es necesario que las leyes que se establezcan sean progresistas y que contemplen todos los rincones, en los que el infractor de la ley se pueda esconder. En definitiva, hay que actualizarlas.

¿Es lógico que en el siglo XXI haya una ley que defienda la prescripción de los delitos? Pienso que los delitos quedan zanjados cuando ha habido una sentencia y se ha cumplido. Si te dejo 20 euros, mientras no me los devuelvas, nunca estarás en paz  conmigo.

Estamos viendo en los casos de corrupción, apropiación de bienes, etc cómo el corrupto se hace con una serie de bienes inmuebles o de dinero. ¿No sería lógico que una vez probado que ha sido así, se le exigiese la devolución del importe apropiado más sus intereses, antes de cualquier otra condena? ¿No hay posibilidad de expropiarle a él o a quién lo tenga a su nombre? ¿No hay leyes para ello?

¿No se puede hacer un seguimiento de aquellas personas físicas o jurídicas que enseñan sus patrimonios y su tren de vida no corresponde a los ingresos que se les supone tienen y declara? Sabemos que cada uno puede gastar su dinero en lo que le da la gana, pero es una forma de ver si es legal todo lo que se le ve.

Si la cárcel, hasta ahora parece ser la sanción más dura que hay ¿es lógico que uno no entre en ella porque paga una fianza? ¿Es recuperable esa fianza?  ¿No establecemos diferencias entre ricos y pobres?

Cuando se dicta una sentencia, ¿por qué no se tiene que cumplir íntegra? Si por la edad u otros motivos hay leyes que las disminuyen ¿por qué no se da a conocer desde el principio?

La reflexión que publicaba Celedonio el 15 de junio de 2012 y que había escrito el 28 de diciembre de 2011, la titulaba “Mirándonos el ombligo”. Se refería a que mientras  las civilizaciones mediterráneas ( Roma, Grecia, Egipto, etc), nos han venido diciendo que fueron la cuna de la cultura y del saber, otros del Norte de Europa eran muy distintos. Nos pintaban con cuernos a los wikingos. Dónde pisaba el caballo de Atila decían que ni crecía la hierba. La mayor parte de ellos eran herejes. ¿Qué decir ahora? Cuando oigo decir, que hay o al menos ha habido, que en las carreteras hay puestos de venta dónde están las frutas embolsadas y no hay nadie en ese momento y el que para coge la bolsa, deja el importe y se va, se le cae a uno la cara de vergüenza, ver a dónde nos han llevado en estos países dónde tanta cultura había hace más de 2000 años.

Si a estos y otros desmanes, no se les pone y pronto solución, me reafirmo en el título de la reflexión de hoy: No tenemos solución.

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