lunes, 18 de noviembre de 2019

Al sendero


(Escrito el 6 de abril 2015)
Mucho antes que el camino
existía ya el sendero,
y te quiero recordar
porque fuiste el primero.
Eras en lo que se llama
ahora el Medio Vial,
lo único que existía,
el  sendero principal.

Por ti, se iba a los pueblos,
y se accedía a las fincas,
por ti, caminaba el pobre
y también la gente rica.
Estabas libre de piedras,
tampoco tenías ramas,
pues si caía alguna
la gente te las quitaba.

Conducías a las gentes
a los sitios que ella fuera,
a las fuentes, a los ríos,
corrales y parideras.
Cada sendero su nombre,
y por él, se os mencionaba,
pues todos, todos los días,
por ellos se transitaba.

Tenías puntos muy fijos
que la gente recordaba,
como era aquella piedra
que a montar en su jumento
al buen hombre le ayudaba.

De ti partirían otros
que con el tiempo trazaban,
los que hacían los ganados,
cuando un animal tras otro,
al río o fuente, bajaban.

La gente estaba orgullosa
de conocer el sendero,
las subidas, las bajadas,
que recorría el pastor
y también el carbonero.
Y cuando alguna tormenta
tu piso estropeaba,
la gente a vecinal
lo roto, pronto arreglaba.

En estos tiempos actuales,
mucha gente te ha olvidado,
pues no quieren recordar
que por ti fueron andando.
Los que no te conocieron
se les nota a la vista,
sólo van por carretera
o a lo sumo por la pista.

No conocen tu belleza,
tus revueltas, tus subidas,
todos aquellos alcuerces,
que siempre nos ofrecías.

Yo, que sé algo de ti,
de lo mucho que valías,
cuando te encuentro en el monte,
me produces alegría.

Próximo tema: ¿La pérdida de una esperanza?

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