(Escrito el 5 de mayo 2015)
Una de las riquezas de España es
la ganadería extensiva, siendo el ganado lanar el más común en la mayor parte
de nuestros municipios.
La mayor parte de las cabezas,
se agrupan en rebaños, pertenecientes a distintos dueños. Antes, cuando el uso
de la pez estaba permitido, tras el esquileo, las ovejas se marcaban en un
costado con una letra que identificaba al propietario. Desde siempre también
cada ganadero marca a sus ovejas, con distintos cortes en las orejas, de tal
manera que aunque se mezcle con otro rebaño se puede identificar.
Había pueblos que las familias
tenían tradición ganadera, pero sus posibilidades no le permitían tener un
rebaño propio, por lo que entre varias familias, formaban uno. Era lo que en
muchos pueblos he conocido con el nombre de “la Dula” y en otros con
el nombre de “la Vicera”. Por el día, un pastor, cuidaba por el campo todas
esas ovejas y por la tarde las ovejas acudían al corral de sus dueños a pasar
la noche. Como siempre había subproductos que el ganado aprovechaba en casa,
las ovejas estaban bien alimentadas. Todas las mañanas había que conducir las
ovejas al lugar de encuentro y por las tardes había que estar pendiente de
recogerlas.
Los gastos del pastor y de
hierbas si había, se repartían por las cabezas que llevaba cada uno. Había
localidades, que de pastor tenía que ir cada uno de los propietarios, y según
el número de cabezas que tenía, así era el número de días que le correspondía.
En un libro que escribió Miguel Angel Revilla, cita como le
tocaba ir a cuidar las vacas de este rebaño comunitario, cuando él era pequeño.
Si he hecho esta introducción,
es porque pienso que a partir de ahora, sería bueno que la gente recordarse
esto, por las perspectivas electorales que se presentan. Hasta ahora, hemos
estado acostumbrados a que uno o dos Partidos, tanto en Ayuntamientos, como en
Comunidades Autónomas, o a nivel Estatal, ha sido el Gobernante. Ellos soltaban
sus rebaños que iba marcado con su letra y todos los pastos eran suyos, por lo
que se aplicaba el famoso dicho de: “ancha es Castilla”.
Según lo que podemos apreciar,
hay otros que también les gusta la ganadería, que quieren formar un rebaño y
por lo tanto los pastos del término hay que repartirlos. Los ganaderos de siempre,
esa posibilidad nunca la contemplaron, ya que estaban seguros que no
encontrarían pastor y si lo encontraban se les iría pronto porque no le podrían
pagar el sueldo que les exigiría, ni podrían formar un rebaño que mereciese la
pena. Pero mira por dónde estos Partidos más pequeños, piensan que podrán
juntar sus ovejas con las de otro y si es necesario, las mandan a” la
Dula” o a “la Vicera”.
La tranquilidad, de que no había
más que un par de rebaños grandes en el
pueblo se ha terminado. Las ovejas de “la Dula” o “la Vicera”, se
sobrealimentan en casa por la noche, por lo que aunque en el campo no comiesen
mucho, no hay problema. Por otra parte, como la familia cuenta con otros
ingresos, las corderas las puede dejar para reposición, por lo que el rebaño
cada día puede ser más grande.
¡Quién nos iba a decir, que “la
Dula” o “la Vicera”, les iba a complicar la vida a los ganaderos de toda la vida!
Próximo tema: Pregunta que no escuché
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