domingo, 10 de septiembre de 2017

El miedo...guarda la viña



(Escrito el 30 de julio 2017)
En el pueblo de Celedonio, cuando las uvas estaban madurando, nos enviaban  sobre todo a los chicos y mujeres a cuidar la viña. Su presencia, hacía que los que pasaban cerca de ella y tuviesen la tentación de entrar a cogerse algún racimo, al verte por ahí,  no lo hiciesen. En general aunque podían pillarte la vuelta y como  se decía, te pillaban perro, esa presencia funcionaba. Se podría decir que “el miedo guardaba la viña”.

Hoy día las cosas no funcionan así y apreciamos que estamos muy lejos de ese temor a la ley, al respeto de lo ajeno y nada hace que le frene en sus intenciones. No estaría mal que la gente tuviese miedo a algo.

Cuando se está juzgando a una persona por un delito, nos han metido en la cabeza que es un “presunto…” y mientras  la justicia no lo condene no podemos atribuirle ningún otro calificativo.  Para Celedonio, la cosa no debía ser así. Cuando lo juzgan es porque se piensa que tiene una cierta culpabilidad. Lo que tendrá que demostrar es su inocencia. A no poder demostrarla es a lo que tenía que tener miedo.

 Hemos visto, leído u oído conductores que han hecho verdaderas monstruosidades. Ir a 200 kms/hora dentro de un túnel, circular durante mucho tiempo sin respetar la línea continua, ir por la carretera en dirección contraria, etc. La sanción ha sido económica, o a los sumo la retirada del carnet de conducir durante un tiempo. Para Celedonio antes de ponerse uno al volante debería tener miedo a otra cosa. La posibilidad de perder el carnet de conducir para toda la vida. Eso quizá le pudiese dar miedo.

Estamos viendo como a todos los corruptos no se les exige de inmediato la devolución de todo lo que han cogido, usurpado o robado. Aunque estén en la cárcel, hasta que el juicio les sale, pasan a veces años y tienen tiempo suficiente para blanquear, vender, poner a salvo, etc cuanto tienen. Al final, como nada tienen nada les pueden quitar. Salen y a vivir la vida. Tendrían miedo si se les hiciese devolver lo primero todo lo que cogieron sin ser suyo y como castigo tendrán que vivir el resto de su vida en peores condiciones de las que vivieron. Si durante toda su vida vivieron  en mansiones, tras el juicio vivirán en un 4º piso sin ascensor. Eso les podría dar miedo.

Hubo gente, que siempre fue trajeado, y con ese aspecto ninguna puerta se le cerró y fue capaz de cometer los mayores desaguisados. Tendría miedo, si supiese que tras la condena, su vestimenta sería el mono azul, y su trabajo acorde con él.

El 13 de septiembre de 2009, Celedonio publicaba en este Blog una reflexión sobre el sistema penitenciario. No es posible que a todos los delitos se les ponga por castigo la privación de libertad. Cada uno debería estar relacionado con su causa. ¿Tendrían miedo los violadores, si supiesen que como castigo se les podía llegar a cortar sus órganos genitales y exhibirlos colgados en la Plaza Mayor?

No sé si para estas cosas habría  que corregir el Código Penal, el Civil o cual, pero resulta sorprendente, que en los años 40 y 50 del siglo pasado, la presencia de un crío o una mujer cerca de la viña hiciese desistir de entrar a cogerse unos racimos y ahora todo el mundo puede campar a sus anchas, ser un presunto hasta que la sentencia sea firme y en una gran parte de los casos no se le hace nada, porque el caso ha prescrito.

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1 comentario:

  1. Bien, bien. Sigue que nos hacen falta muchas reflexiones como las tuyas. Un abrazo.

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