lunes, 11 de febrero de 2019

La Titulitis


(Escrito el 19 de septiembre 2018)
El patrón siempre quiso los mejores trabajadores para su empresa. Los trabajadores siempre buscaron colocarse en una buena empresa. En los años 50 y 60, época del éxodo rural, muchos trabajadores sobre todo para puestos base se colocaron por las referencias que los trabajadores daban de él en la empresa y la empresa confiaba en lo que le decía aquél que trabajaba allí.

Este conocimiento del trabajador por parte de la empresa, hizo que muchos padres colocaran con él a sus hijos. El haber conocido al padre, era un punto de apoyo para el hijo. Las buenas referencias siempre se tenían en cuenta.

Más tarde y sobre todo para puestos de mayor nivel, al haber varios que se presentaban para el mismo puesto, se puso en marcha lo del Curriculum, y el que buscaba trabajo se acostumbró a tener presente una buena relación de cosas que podía aportar. El que los evaluaba decidía. Que todo lo que se decía en ese Curriculum fuese verdad, no lo sabemos, pues tampoco se estudiaba tanto. El seleccionado tendría que demostrar su valía y si no iría a la calle y podrían coger otro de los que se presentaron.

El afán de aportar  lo que no se era, se empezó a hacer público en algunos casos. Recordemos al que llegó a ser político muy famoso, que en la vida laboral se le conocía como  controlador de tiempos” en un taller y parece ser que él exhibía en su tarjeta de visita la titulación de “Ingeniero Industrial”.

En la Administración y según para qué puestos se tenía en cuenta, los trabajos anteriores que habías realizado, los cursos que habías recibido, etc. Todo podía contribuir a conseguir el puesto de trabajo.

Todo esto que hasta la fecha se había considerado como normal  ha sido neutralizado  por la aparición de los Master, Licenciaturas, Doctorados, etc que han aparecido en la clase política, y sobre ellos va la reflexión de Celedonio.

Si el político en cuestión, era sabedor de cómo consiguió ese título que aporta,
¿para qué lo pone en su Curriculum? Cuando en política los puestos no se consiguen por oposición, ¿para qué poner en entredicho de la forma que se ha conseguido?  Un título se consigue a base de superar unas pruebas tras recibir unas enseñanzas sobre dicho tema. Si no fuiste a clase porque nadie te vio, no hiciste el examen como los demás y no puedes aportar físicamente tu trabajo ¿cómo nos puedes convencer?

Con los medios que hay hoy día y la facilidad que se tiene con el “copiar y pegar”, compadezco al tribunal que tiene que corregir, para juzgar que lo que se aporta sea cosecha propia.

A Celedonio le parece, que los afectados han tenido poca vista. Sabiendo que iba a tener un nombramiento a dedo, o que no le hacía falta para ganarle la plaza a otro, no se tenía  que haber  metido en este desmadre. Cualquier solución que se le quiera dar, no nos convencerá por lo menos a muchos. Si el político debe dar ejemplo en todo, en este caso, aunque sea un poco tosco habría que decirle “que la ha cagado”.

Próximo tema: Encuestas, cambios de voto, etc.

No hay comentarios:

Publicar un comentario