sábado, 10 de abril de 2021

A Zaragoza o al Charco

 

Mentes privilegiadas

 

 (A la misma señora que le escuché

lo de Petrica la Revisalsera, le oí recitar

esta Baturrada con 70 años)

 

Salí de mi pueblo un día              

pa ir a Zaragoza a ver               

a un primo de mi mujer            

que estaba con pulmonía.              

Eché al cesto pa almorzar

el rocho y el churicico,            

y amontau en mi burrico               

¡ala, ala!, emprincipié andar.       

                                     

No habría andau...                   

ni tan siquiera dos horas,         

cuando de pronto                      

se quedó el burro hecho un tonto      

parau en la carretera;              

como era cosa tan rara              

que el animal de improviso         

y sin pedime a mí premiso           

tan en seco se parara,            

me dije..:                             

¡es que el burro ha barruntau       

que por aquí cerca hay gente..!        

miré y efectivamente               

había un hombre a mi lau.

Era un viejo setentón                

barbudo y coloradote                

güen mozo, y con un cogote            

más afeitau que un melón.          

 

Yo al velo, dí a trás un paso       

y me eché mano a la faja,          

y en sacando la nevaja              

la preparé por si acaso.              

                                       

Sin movese me miró                  

y yo fuí y le pregunté:           

tío güeno.. ¿quién es Vd.?          

Soy San Pedro, contestó.

¿San Pedro..? El mismo Colás          

¿Y a qué viene uste puaquí?       

Vengo.., pues por verte a tí,        

quiero saber donde vas.               

Bien, pues pa que usted se entere   

a Zaragoza me voy.                 

¿Y cuando piensas llegar? ¡Hoy!     

eso será  si Dios quiere             

¿si Dios quiere..? pregunté          

es natural añadió;                   

ni que quiera ni que no,

le respondí ¡llegaré!

 

¿Hablas en serio Colás?,

tengo muy duro el tozuelo

ni todos los Santos del Cielo

no me harán golver atrás.

 

Respeto tu tozudez

me dijo con RITINTIN...

sigue tu viaje hasta el fin,

pero si vuelvo otra vez

a encontrarte en mi camino

y al hallarnos cara  a cara

dónde vas te preguntara

de un modo amistoso y fino,

si no quieres que me altere

y te castigue Colás,

después de decir dónde           

has de añadir "si Dios quiere"

            

¿Prometes hacerlo así?

¡Veremos le contesté!

y mi burrico monté

y mi camino seguí.

 

Llegué a Zaragoza bien,

mastuve allí una semana

y un día muy de mañanas

me dije: ¡me güelvo a Mallén!

 

Aparejé mi animal

mientras cantaba una jota

coloqué a mano la bota

el rocho y el churicico

y en unión de mi animal

que no iba nunca sin mí

de Zaragoza salí

¡más tieso que un concejal!

 

Al poquico de emprender

el viaje de esta manera,

San Pedro en la carretera

se me golvió aparecer ;     

el burrico se paró

cuando lo tuvo delante

y callaus por un instante

al fin dijo: ¿dónde vas?

¡a Mallén! le contesté

aunque no le paizca bien.

 

Dí, si Dios quiere, Colás,

quiá .. quiá ..,no se desaspere       

ni ponga uste empeño en ello,         

ni aunque me corten el cuello         

no añadiré‚ si Dios quiere.           

¿No quieres decirlo..? ¡No..!        

Bueno, pues por no querer,           

desde hoy, rana vas a ser;           

y en rana me convirtió;              

me echó al Ebro y me dió un baño,     

mayor de lo que quería,              

mie usted que baño sería,          

que estuve en el Ebro un año.

         

Yo estaba desasperau,              

no fue nada lo del ojo,

con tanto estar a remojo         

salí hecho un bacalau.              

Bien me fastidió el endino,        

pues mientras estuve allí,        

tan harto de agua salí,             

que ahora bebo solo vino.

 

Después de tanto esperar

San Pedro un día golvió

y del arco en que me echó

quiso golverme a sacar.        

Cuando me tuvo a su lau

me dijo: ¿que‚ tal amigo,

creo que con el castigo

ya estarás escarmentau?

Por consiguiente Colás

aprovecha la lección

y para obtener perdón

contesta bien: ¿dónde vas?

 

Y yo... que para hablar soy franco

contesté de esta manera:

¿qué ande voy?

ande usted quiera:

¡A ZARAGOZA u al CHARCO!

 

Próximo tema: Un año con el Coronavirus

 

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