lunes, 17 de enero de 2022

Cuando los años…ya pesan (07)


(Escrito el 17 marzo 2021) 

Como puede verse, antes de esta Reflexión, hubo 6 más con el mismo título, por lo que cada vez los años pesan más. En lo personal, quiero recordarles a otros que son más jóvenes que mi primer síntoma de pesar los años quizá fue cuando al cortarme las uñas de los pies, ya no podía hacerlo como antes y tenía que buscar otras posturas.

Pesan los años cuando al ponerte los pantalones ya tienes que ir buscando apoyos, pues mantener el equilibrio ya no es tan fácil, para ponerte los calcetines buscas mejor sentarte en el sofá que en la silla porque estás más bajo y si subes muchas escaleras te canta el pecho. De otras cosas que quizá estés pensando, no lo preguntes.

Sin embargo y a pesar de que los años ya pesan, hay más fuerza que nunca para reflexionar, pues conoces más cosas para hacerlo. Con la Pandemia que estamos sufriendo, el Cambio Climático y sus consecuencias que se avecinan, etc. estás oyendo que hay un cierto interés por volver a vivir a los pueblos. La España vaciada se busca llenarla, sino del todo, contener al menos la sangría que padece. En Reflexiones anteriores, Celedonio algo ya ha comentado sobre el tema.

Parece que en muchas ocasiones se quiere ocultar el lugar de procedencia, nada que nos identifique queremos que salga a la luz, no conocer nuestra historia. Vemos como hay personas muy cultas que nos hablan de la Prehistoria y calculan los años que han pasado desde entonces. Nos explican cómo vivían aquellas personas, de qué se alimentaban, como eran sus refugios, etc. Sin embargo nunca mencionan cosas mucho más cercanas. Nada dicen de hace 80 ó 100 años.

Pocas veces he oído divulgaciones de cómo eran muchos de nuestros pueblos en los años de la post guerra. Había pueblos sin carretera. Las distancias se contaban por las horas que te costaba ir en caballería o andando de un sitio a otro. Pueblos sin agua corriente o fuente cercana. El agua había que ir a buscarla con cántaros, unas veces con caballerías y otras principalmente por las mujeres con un cántaro en la cabeza y otro en el costado. No hablemos del trabajo que suponía lavar la ropa.

Había pueblos sin luz y otros aunque la tenían, estaban sin ella muchos días al cabo del año. El candil, las velas en la palmatoria y las teas lo suplían. La única fuente de calor era la lumbre. Con ella se guisaba, te calentabas, tenías que planchar, etc. Aun así tenías que vigilar no te cogiera el guardia con una carga de leña para calentarte, no para venderla.

Ni corría el dinero ni existían comercios. El trueque y el autoconsumo de lo que se producía era la base del sustento. No se tenía teléfono, ni televisión, ni Internet, ni móviles y con ausencia de todo eso la gente vivía. Los pollos nacían con el calor de la clueca. Los cerdos se compraban de pequeños y se mataban en casa. Todo de él se aprovechaba. Los conejos se cazaban en el monte con hurón, cepos o lazos.

Todo eso lo hemos visto los que ahora nos pesan los años. Para llegar hasta aquí, pasamos mucho y muchas veces ignorados por las autoridades y los que mandaban, tuvimos que irnos de los pueblos y estos se vaciaron. Algunos de los que nos hablan de la Prehistoria, quizá piensen que la vida de los pueblos en los años que hablo era todo romanticismo, tranquilidad, etc

Los que regresan ahora, por ser hijos del pueblo, muchas cosas sabrán porque aunque no las hayan visto las han oído contar, pero los que nunca los conocieron y se quieren instalar a vivir en algunos de ellos, si quieren convivir con los que quedan, tendrán que conocer cómo fue su vida en otros tiempos.

Cuando los años pesan, no es triste ver el proceso de despoblación, es más triste contrastar lo poco que se hizo porque no se despoblaran. Para mí, todo esto también se debía de tratar en la tan cacareada Memoria Histórica. No sólo es Memoria Histórica todos los desmanes ocurridos durante y tras nuestra Guerra Civil. Muchos de los que tanto hablan del tema, poco saben de lo que era: segar a hoz, trillar a trillo, hacer la comida en el puchero en la lumbre, sacar el fiemo con los arguiños, etc. Y sin embargo existió.

Si con suerte, los años siguen pesando, quizá otro día, reflexione de otras cosas. Por hoy ya vale.

Próximo tema: No es fácil de comprender

 

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