viernes, 15 de junio de 2012

Mirándonos el ombligo

(Escrito el 28 de diciembre 2011)

En los años 40 y 50 del siglo pasado, algunos jóvenes, sobre todo de los que vivían en el medio rural, encontraron un medio de vida distinto tras cumplir el servicio militar. ¡Había que buscar otra cosa de lo que habían visto hasta entonces! Era cosa normal, al conocer otras personas, otros mundos, etc. Los destinos de los que lo consiguieron serían muy distintos.

A finales de los años 60, conocí a una persona que fue de los que cambió totalmente su vida, en aquellas circunstancias. Ocupaba un buen cargo dentro de un Ministerio. En una conversación con uno que lo conocía, me decía: ¡ya ve, cosas de la vida! Le contaré dos anécdotas de él.

1ª).- Cuando íbamos a trabajar juntos tirando de pico y pala, un día él llevaba un carretillo y el capataz le dijo: ¿no tienes otra marcha? le contestó, pero más lenta.

2ª) Otro día mientras estábamos almorzando en el tajo, discutía con otro que era de otro pueblo y le decía que en su pueblo había más ricos que en el del otro. Vanagloriarse de tener en su pueblo más ricos cuando ellos estaban tirando de pico y pala me parece que no era de personas que tuvieran muchas inquietudes, pero sin embargo ¡tuvo suerte!

Al recordar este relato, me ha venido al pensamiento que el título de las reflexiones de hoy bien podría ser el de “ Mirándonos el ombligo”.

Así como esos dos que picaban, presumían de los ricos de su pueblo, en otras circunstancias he podido observar, cómo en pueblos dónde ha permanecido un título nobiliario, los vecinos imitaban lo que se hacía en esa explotación, con administradores totalmente distintos, pues a lo largo de la vida se iban sucediendo. Sembraban la cebada que sembraba el Conde o la Marquesa y nadie empezaba a labrar los rastrojos hasta que no lo hacían ellos.

He conocido personas que hablaban mucho de lo bien que estaban en el pueblo próximo desde que hicieron la Concentración Parcelaria, pero ellos nunca se decidieron a solicitarla.

Presumimos de tener en nuestro pueblo una Iglesia o unas ruinas muy antiguas y ese orgullo ha pasado de generación tras generación, pero ninguno se preocupó por enterarse cuando hicieron la primer escuela.

Los que visitan las Pirámides de Egipto vienen emocionados de cómo es posible que en aquella época, llegasen a edificar esas maravillas. Supongo que los egipcios estarán igualmente orgullosos de ello, pero ¿qué situación es la de ellos actualmente?

Así podríamos ir citando ejemplos y más ejemplos, casos y más casos. Sin querer ponerlo como modelo, cuando ves que en América hace 200 años estaban los indios en las praderas, no puedes dejar de pensar si ¿“no estaremos mirándonos el ombligo”?

El sur de Europa siempre fue la cuna de la cultura: el Imperio Romano, Alejandría, los griegos, los fenicios, el mediterráneo etc. ¿y cuál es nuestra situación ahora? Resulta que los bárbaros que venían del Norte, los Vikingos con sus naves y sus cuernos, salvajes para los del sur, pues ellos eran los cultos, ¿dónde y cómo están? Posiblemente ¡hemos estado dormidos y mirándonos el ombligo!

Próximo tema: ¿Hacia dónde caminamos?

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