sábado, 9 de noviembre de 2013

Nuestras cabezas pensantes



(Escrito el 5 de agosto 2013)

Los que nacimos sobre 1940, hemos visto muchas cosas. Vivimos una post-guerra con todas sus consecuencias. Conocimos los autobuses de línea en los que además de llevar asientos encima del techo, en cada uno de ellos iba el conductor y el cobrador, que además de cobrar era el que subía los bultos a la baca.

Conocimos el tranvía de antes y en cada vagón o coche iba un cobrador. Fuimos conociendo la modernización de los servicios de recogida de basuras y la implantación de los peajes en las autopistas, dónde se pagaba y  te daban los cambios.

Hoy en el autobús de línea te tienes que poner y sacar la maleta tú y tienes que ir con un horario para sacarte el billete a tiempo a no ser que te lo saques por Internet. En el tranvía tienes que “validar” tu tarjeta. Con la basura que durante mucho tiempo conocimos a tres personas por  camión, ahora es uno solo el que hace todo y en cuanto al cobro en las autopistas te tienes que enfrentar con la máquina para que te cobre el trayecto y te devuelva los cambios.

Junto a esto conoces que las empresas, que sólo buscan la rentabilidad, fabrican sus productos inicialmente en China y ahora en los países africanos en los que con sueldos miserables sus ganancias son inconmensurables.

Conocimos el progreso en todos sus aspectos y se puede decir que llegamos a vivir mejor que nuestros padres. Ahora sin embargo los medios de comunicación dicen que en algunas Comunidades el 32% de los hogares sobreviven por el apoyo que reciben de los pensionistas. Con este planteamiento ¿qué va a ser de nuestros hijos y de nuestros nietos?

Leo el libro de Miguel Angel Revilla en el que encuentro pasajes aleccionadores Habla de la economía real y de la economía virtual. En su infancia dice que el Sr. más rico de su pueblo era uno que tenía 100 vacas y sus correspondientes fincas dónde pastaban. Era el que más terneros vendía en la Feria de Torrelavega. Esa riqueza se veía. Hoy día, sin duda alguna muchos también poseen bienes tangibles ¿pero otros?

Hubo empresas que se vanagloriaban de ser potentes y cotizar en bolsa a unos buenos precios y sin embargo al primer contratiempo hicieron agua por los cuatro costados. El dinero de los que lo tienen ya no se dedica a crear puestos de trabajo, al menos en España, sino que lo dedican a especular con él o llevarlo a los Paraísos Fiscales. Muchos de los que se creen ricos, ya sólo son virtuales. El que está en el paro ya ha asumido que si un día engancha a trabajar no será en las condiciones en que estaba cuando lo despidieron. ¿Seremos cada vez más pobres?

Es triste pensar que los abuelos tengan que ayudar económicamente a los hijos y a los nietos, mientras nuestras cabezas pensantes, siguen manifestando que los políticos de otras naciones están mejor pagados que ellos. Todos los que la justicia investiga son tan sólo “presuntos” y el Gobierno sólo tiene fe en los “nuevos emprendedores”.

La última vez que me enfrenté con la máquina para pagar el peaje de la autopista pensé: ¿cómo no vamos a tener paro? ¿Dónde va a parar el ahorro que esto supone? 

Próximo tema: La torre de Babel

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