(Escrito el 22 de enero de 2016)
Cuando se ve el presupuesto de
una obra, normalmente se reflejan las unidades de obra, la mano de obra, otros
gastos complementarios, etc. Así se puede leer: metros cúbicos de excavación,
transporte de esa excavación, metros cúbicos de hormigón en cimientos, metros
cuadrados de tabique, etc. Cada una de esas unidades viene valorada a un precio
determinado.
Se debería dar por hecho, que
esos precios se han calculado sobre una base real, teniendo en cuenta la ubicación
de la obra y las circunstancias específicas de la misma. Nunca deben ser datos
copiados de un libro o de otra obra que estaba situada en unas condiciones
totalmente diferentes.
Con esta pequeña introducción, Celedonio, siempre ha reflexionado sobre
¿cómo puede ser que una determinada obra se subcontrate por un precio mucho más
inferior? ¿Es que el que redactó el presupuesto valoró las unidades de obra a
un precio mucho más alto de lo que se puede hacer? ¿Se correspondía el valor de esas unidades de
obra con la realidad?
Posiblemente alguien diga que
esa diferencia de precios no es muy significativa, pero entonces me pregunto:
Si las empresas por coger una determinada obra están dispuestas a entregar de
comisión unas cantidades muy sustanciosas, de ¿dónde sale ese dinero? Sólo hay
dos posibilidades: o las unidades de obra están puestas a unos precios que se
pueden hacer mucho más baratos, o la calidad de los materiales a utilizar son
inferiores a los contemplados.
Por otra parte, el redactor del
proyecto, por hacerlo, cobra un porcentaje de su importe. El Ayuntamiento, al
autorizar la obra cobrará con relación a ese presupuesto y su inscripción en el
registro estará también proporcional a él. Es decir: a todos interesa que el
presupuesto sea lo más alto posible.
A lo largo de todos estos años,
han salido a la luz, algunos pocos casos de corrupción que ha habido sobre este
tema y no parece que haya indicios de ponerle freno. Si la obra es estatal o
municipal, no parece importarnos mucho si su coste fue excesivo o no. Si es
particular, te tienes que acostumbrar a pensar que siempre fue así. Para
el que pagó, la casa le costó un pastón ahorrar todo ese
importe, el trabajador ha seguido siendo en el mejor de los casos siguiendo de
trabajador, pero el empresario casi siempre salió triunfante, aunque muchas
veces por avaricioso le cortaron las alas.
El que adjudica la obra, lo que
quiere es que la empresa sea solvente y que la lleve a cabo, pero sería bueno
saber, el precio de ese metro cúbico de
excavación que se lee en el presupuesto a cómo se realizó de verdad. Si el que
lo hizo, lo realizó a un precio mucho más barato, perdone que le diga al
redactor del proyecto que no tenía ni idea de cuánto cuesta esa unidad de obra.
Yo conocí algún caso y solamente le doy un adjetivo: escandaloso.
No sé si esto tendrá solución,
yo pienso que sí, pero ¡a ver quien le pone el cascabel al gato!
Próximo tema: Las Coaliciones
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