lunes, 13 de agosto de 2018

Otra cosa está clara


(Escrito el 2 de abril 2018)
De siempre he pensado y así lo he expuesto en alguna de mis reflexiones, que el político debería sentir algo vocacional, sin que esto quiera decir que tenga que vivir de la caridad. Que los ciudadanos apoyen sus propuestas y que  busque su bienestar es ya algo reconfortante. Pero no. Algunos sólo buscan en la política asegurarse el cocido y cuanto más abundante sea mejor. De ahí que no les importe cambiar de Partido y cuando ve que en el suyo no prospera lo que deseaba si puede se va a otro al que tanto criticó.

El no ser político por vocación, le hace querer destacarse para que se le vea, pues quiere que la gente se entere que está allí. En alguna reflexión he puesto el ejemplo de las Cooperativas Agrarias. El Presidente de una Cooperativa Agraria, es un socio más y aunque tenga su responsabilidad, lo podrás ver, con el mono puesto, subido al tractor o tirando de azada cuando es necesario. El político para que se le vea tiene que ir en buen coche, siempre con chófer y con hora anunciada para que salgan a recibirlo.

Esta forma de ser político en nuestro país, difiere de otros países según hemos podido percibir. En los países del Norte no parece extraño ver a un político haciendo la compra en el supermercado o haciendo cola para sacarse la entrada a un espectáculo. En nuestra España querida, eso no estaría bien visto.

Con bastante frecuencia escuchamos en los hemiciclos, debates en los que se piden dimisiones. El afectado aguanta y aguanta pero de dimitir nada. Su capacidad de aguante es asombrosa. Alguno se preguntará: con lo que se está escuchando ¿cómo no se irá? ¿Pero  a dónde va a ir?  Desde joven se apuntó a la política y de ella ha estado viviendo y si le sacas de ella ¿qué va a hacer? ¿En qué empresa trabajó antes? ¿Qué sabe hacer? En otros países dimiten con mucha más facilidad o por causas menores. Aparte de la honradez que es mucho mayor, pienso que también sabe ganarse la vida fuera de la política y por ello no se agarra tanto a ella.

En España, también hemos tenido ejemplos, aunque hayan sido las excepciones, que se han comportado como la mayor parte de los ciudadanos pensamos que tiene que ser. Baste recordar el ejemplo dado por Gerardo Iglesias, que fue Secretario General del PCE, que estuvo, se fue y nadie más lo nombró. Julio Anguita que renunció a derechos adquiridos, Rubalcaba que se fue a su cátedra, etc. Por el contrario, también hemos visto y aunque no se diga, el mal ejemplo dado por los expresidentes González y Aznar, que además de sus prebendas tras retirarse están en las nóminas de Grandes Empresas.

¿Tendrían que haber tenido los políticos antes de meterse en política otros puestos de trabajo? Celedonio piensa que sí y la empresa les debería guardar su puesto, por si después de desempeñar sus funciones políticas decide volver. De esta manera podrían hablar muchas veces con conocimiento de causa y el ejercer el cargo se interpretaría más como vocacional, que no como de forma de asegurarse la vida.

Si después de ejercer su puesto en la política, volviese a su anterior puesto de trabajo, tendría que responder de sus actuaciones ante sus compañeros de trabajo, podrían acceder otros al puesto que dejó y no se verían como en la actualidad, estar ordeñando la vaca mientras pueda, pues esa es y ha sido su profesión.

Si hemos escuchado muchas veces, que al cesar en un puesto el Partido le tendrían que dar alguna otra cosa ¿cómo podemos pensar que va a dimitir? ¿Dónde va a ir?
Próximo tema: Los Secretos

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