viernes, 2 de agosto de 2019

La Reforma Laboral


(Escrito el 2 de julio 2016)
En la semana 113 de este Blog, (28 de mayo de 2011), Celedonio titulaba a la reflexión de ese día: Patronal y trabajador. Comentaba, la experiencia vivida por él en la primera empresa que trabajó en 1962, 1963 y 1964 (puede buscarla en el Blog o se la puede solicitar).

Aunque siempre trabajó como asalariado, nunca se leyó ni el Estatuto de los Trabajadores, ni la legislación que había sobre los derechos del trabajador. Daba por hecho que la empresa cumplía con lo legislado, aunque en ocasiones también tuvo sus dudas.

Gobierne quien gobierne y mande quien mande, sí que podemos decir que para que el mundo funcione, siempre nos vamos a encontrar con empresas de distinto tamaño y trabajadores que prestan en ellas sus servicios. Conseguir la máxima armonía entre ambas partes sería el principal objetivo.

El empresario, siempre va a desear, encontrar las mejores personas que se adapten al trabajo que tienen que realizar y el trabajador la empresa en la que esté satisfecho. Ni a la empresa le gusta cambiar de trabajadores, ni al trabajador de empresa. Lo que hace falta para ello es entenderse.

Si bien el empresario es el que pone el capital y asume el riesgo, también debe comprender que el trabajador es parte de la cadena productiva y por tanto habría que integrarlo en la misma. Por ejemplo: un buen pastor, no es sólo el que abre y cierra la puerta del aprisco y saca a pasar a las ovejas. Además de esos menesteres tiene que estar vigilante de las pariciones, que haya la menor mortandad posible en los corderos y que al destete lleguen el mayor número de corderos posible. Cuando hay muchos partos dobles y a veces triple, el pastor tiene que poner mayor interés.

¿No sería comprensible que este pastor, una parte del salario, tuviese relación, por ejemplo con el número de corderos destetados? El dueño del rebaño, bien sabe lo que puede suponer esta atención que hay que poner.

El ejemplo de esta situación podría aplicarse a otras muchas empresas con trabajos distintos, sobre todos en aquellas que el número de trabajadores no es muy alto. Es lo que muchos empresarios llaman “prima a la productividad”.

 Con estos planteamientos, la relación empresario-trabajador, sería mucho mejor.

Supongo que este tipo de contrato en muchas empresas existe desde hace  tiempo y conocen los resultados. Lo que no sabe Celedonio, si en las Reformas Laborales que se plantean  sucesivamente se plantea este tema. Lo que más se oye en la calle es el nº de días que le corresponde por año trabajado en caso de despido, cuando lo ideal sería estudiar la forma de que no haya despidos.

Próximo tema: ¿Habrá más paro en mayo?

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