miércoles, 3 de agosto de 2016

La ostentación



(Escrito el 6 de mayo 2016)
Posiblemente, la especie humana sea portadora  entre sus genes, de alguno relacionado con la ostentación, pues en todas las épocas ha debido de existir. En unos casos porque  los hemos conocido y en otros por lo que nos han legado.

Muchas capillas de las Catedrales y de Iglesias, nos dicen que fueron construidas y pagadas por determinadas familias, a condición de que a su muerte se les enterrase allí. Al resto de los mortales, cuando se enterraban en la Iglesia, lo hacían en el suelo de la misma sin distinción ninguna. Lo de las Capillas bien podríamos llamarlo ya ostentación.

Conocemos el lujo que hay, cuando visitamos ciertos Palacios, dónde vivió la Nobleza o simplemente en sus fincas de recreo, de vacaciones, etc. La ostentación puede llegar a casos insospechados.  Pero esta ostentación, ya no solamente la encontramos entre esa clase que era privilegiada ya desde su nacimiento, sino que aunque sea a nivel inferior en todo aquel que dispone de medios para poder hacerse destacar.

Antes se incluía entre estos: los que se decía “habían hecho las Américas”, los que “tuvieron mucha suerte en los negocios”, los que “dieron el braguetazo”, etc. Hoy en día incluiríamos “los nuevos ricos”, “los del pelotazo”, “los corruptos”, etc.

Cuando en el cine, sale este tipo de ostentación, decimos tranquilamente que la película estaba muy bien ambientada. Damos ya por hecho que de siempre ha habido gente muy rica, que vivía muy bien, etc y hasta aceptamos que la esclavitud era una cosa de lo más normal y lógica. Hay expresiones que damos ya como normales cuando decimos: un antepasado de fulano que se fue  a América, ya tenía negros…..

Si todo esto lo aceptamos sin más y esa ostentación la consideramos lógica ¿Tiene alguna razón la lucha de clases?

Celedonio, cuando ve y ha visto esta ostentación reflexiona. Si los signos de ostentación los lleva a cabo un particular, no le podemos decir nada. Suyos son sus dineros y si los ganó legalmente, cada uno se los pueda gastar en lo que quiera. Otras veces podría ser esta ostentación la punta del iceberg, para empezar a investigar si todo eso es legal, pero creo entender que en nuestra sociedad no se contempla esa investigación por los signos externos de riqueza.

Caso diferente es cuando esa ostentación o signos externos de riqueza, se dan en lugares que fueron costeados por el erario público. Ante eso Celedonio se pregunta: ¿no había en esos momentos otros centros de interés más necesitados? Con todo ese derroche de dinero que costó ¿no se podían haber socorrido otras necesidades?

En alguna otra reflexión semanal, Celedonio se preguntaba. ¿No podría haber habido junto a  cada Iglesia una Escuela, y junto a cada Catedral una Universidad?  Las Residencias, las fincas de veraneo de los Monarcas ¿no podían haber sido menos suntuosas? Pienso que con el total del presupuesto, sino hubiese habido ostentación, para más cosas podía haber llegado y alguna necesidad que otra se podría haber cubierto.

Lo más triste de todo es que conociendo todo eso, me parece que no hemos aprendido nada.
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