sábado, 26 de abril de 2014

Por una sardina.... se escachó un burro



(Escrito el 5 noviembre de 2013)

Cuando era crío, allá por los años 40 del pasado siglo, y oía esta expresión, al principio no entiendes cómo por una sardina que pesa tan poco se puede escachar un burro, que para ti siendo un niño lo ves como una mole. Pronto llegas a comprender su significado.

Al ver en estos momentos la carga que tiene que llevar a sus espaldas la Sociedad, me trae a la memoria estos pensamientos infantiles y no tienes más remedio que decir para tus adentros ¿hasta cuándo se podrá seguir aguantando?

Hubo unos tiempos que nos ofrecieron un espejismo de la vida y aunque te resistías a reconocerlo, llegamos a pensar que el bienestar lo teníamos al alcance de la mano y unos más que otros fuimos a por él.

Había trabajo y muchos optaron por coger esas ventajas que te ofrecían. Era fácil meterte en una vivienda, en cambiar el coche, irte de vacaciones, etc, exigían pocas garantías y muchos años para pagarlo y si no la querías podías volver a venderla, ganándote un buen pellizco. Tanto el Gobierno, como los Bancos te lo pintaban como la ocasión de tu vida y si el tren lo ves que para en tu puerta ¿quién se resiste a no montar en él?

Como la alegría en casa del pobre dura poco, pronto la burbuja explotó y dio la vuelta  a la tortilla. Se acabó el trabajo y con él llegó el despido y el paro, al disminuir los ingresos y más tarde desaparecer estos, no se pudo hacer frente a la hipoteca, los Bancos se tiraron al degüello, te quitaron la vivienda y el coche, pero no la deuda. Los ahorrillos que había se fueron acabando, hubo que acudir a los abuelos que no te recibían como al hijo pródigo de la parábola, si no al que lo habían jodido.

El problema era la deuda que se tenía y para pagarla acudieron a los recortes. Al que seguía trabajando le recortaron el sueldo y las nuevas leyes se pusieron en contra del trabajador. A lo intocable, como la Enseñanza y la Sanidad, también le llegó la tijera y los problemas aumentaron en los colegios, en los comedores escolares, en las lista de espera, los quirófanos y junto a ellos ves como aumentan las personas que buscan y rebuscan en los contenedores de la basura.

Frente a todo este malestar y pobreza que crece y crece, te encuentras por otro lado que el porcentaje de ricos aumenta, que los coches de lujo se incrementan en proporción más que los normales, que nuestros políticos siguen sin querer ver los problemas, que salen corriendo de las Cortes para irse cuanto antes al tren, avión o coche, para aprovechar el puente, sin importarle el resultado de lo que votaron.

Los casos de corrupción continúan y cada día sale uno nuevo, pero ¡oh sorpresa! Nadie devuelve nada de lo que se llevó. Hasta que no se les juzgue todos son “presuntos” y a muchos nunca se les llegará a juzgar, pues según las leyes que ellos mismos han elaborado, el caso habrá “prescrito”.

No me considero “vidente” y no sé cómo terminará todo esto, pero tengan cuidado qué hacen los que mandan, recortan, consienten, juzgan, etc. La chispa puede saltar en cualquier momento y el incendio puede ser incontrolable. 

Como decía el encabezamiento: “Por una sardina….. se escachó un burro”

Próximo tema: A los Srs. Presidentes

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